El terrier checo no deja indiferente a nadie, ya que cuando lo vemos nos suele hacer gracia debido a su morfología, puesto que parece como si a un perro de mayor tamaño le hubiesen cortado las patas.
No hay que dejarse engañar por su aspecto, puesto que se trata de un animal muy fuerte y vigoroso, que se creó por y para la caza.
- Tamaño: entre 25 y 32 cm
- Peso: de 6 a 9 kilos
- Tipo de pelo: largo, muy fino, con algo de ondulación y brillante
- Carácter: es un animal alegre y cariñoso, aunque algo cabezón
- Salud: muy fuerte, como la de todos sus compañeros de grupo
- Esperanza de vida: de 12 a 15 años
Origen del Terrier Checo
A diferencia de lo que ocurre con la inmensa mayoría de las razas, el origen del terrier checo está documentado y se dio en lo que hoy es la República Checa, siendo una de las pocas razas de perros de las que sabemos cómo surgió.
Su creación es muy reciente y data de 1948, cuando una persona llamada, Frantisek Horák buscaba la manera de conseguir un perro que fuese el mejor para cazar en los bosques de Bohemia.
Este hombre era asistente de investigación en la Academia Checoslovaca de Ciencias, de manera que empleó todo lo que aprendió en los laboratorios y cruzó al sealyham terrier y al terrier escocés.
La raza no tardó mucho en asentarse, ya que en 1963 fue reconocida en el mundo por la FCI, aunque ahora mismo no se trata de uno de los perros más famosos, sino todo lo contrario, pues es una de las razas más raras en la actualidad y no es nada sencillo ver un ejemplar.
Características del Terrier Checo
Posee un rasgo muy característico como son sus patas, ya que las tiene muy cortas y sujetan un cuerpo largo que parece que no va bien con esas extremidades tan escasas.
Además, su cabeza es muy larga y está adornada por una barba muy cerrada, bigote y cejas, lo que le confiere un aspecto de lo más peculiar si combinamos todos esos rasgos.
Podemos comprobar que el pelo es sedoso y suave, bastante fino y con colores como el gris, el azul, gris, blanco, amarillo, etc., aunque a modo de curiosidad, decir que cuando nacen todos los cachorros son negros, adquiriendo su tonalidad final con el paso de los meses.
En cuanto al color de los ojos, este va ligado al del manto. Así, los perros de color gris tienen ojos marrones, mientras que en los perros marrones son azules o amarillos.
También cambia el color de la nariz y los labios, que puede ser azul si el manto es negro o hígado si la capa es de un tono marrón.
Carácter
Muy cariñoso con las personas que conoce, aunque con los extraños se mostrará distante, sin ser jamás agresivo.
A pesar del aspecto que tiene, los instintos están presentes, de forma que puede crear problemas con pequeños animales, persiguiéndolos, aunque eso es posible solucionarlo con un poco de adiestramiento.
Hay que advertir de que es algo terco y cabezón, así que habrá que educarlo en positivo desde que es pequeño, para lo cual podemos aprovechar los deportes en los que el perro tiene que ser obediente y ágil, en los que ha destacado.
Ladra mucho, algo que se debe pensar antes de encerrarlo en un piso durante varias horas, y hay que tener cuidado si va a convivir con gatos, en especial si no está acostumbrado a ellos.
Salud
No es uno de esos perros que nos hará pasar mucho tiempo en el veterinario, pero sí que tiene un par de enfermedades que le pueden afectar más.
Una de ellas es la luxación de rótula, un desplazamiento que provoca cojera, incapacidad a la hora de caminar y que es frecuente en las razas más pequeñas.
La otra es más rara y se llama Scotty Cramp, proveniente del terrier escocés que fue uno de los padres de la raza, y que provoca espasmos y problemas en las patas, sobre todo en cachorros y en animales jóvenes.
Se nota que el perro no camina bien y que lo hace como si fuera un ganso, con la columna vertebral arqueada, solucionándose solo pasados unos minutos, aunque se puede tratar con medicamentos.
Es una enfermedad hereditaria, por lo que si nuestro terrier checo la padece no deberemos criar jamás con él, ni tampoco con los padres y los hermanos.
Quitando estos dos problemas de salud, no hay ninguno más del que haya que preocuparse.
Alimentación del Terrier Checo
En las tiendas especializadas vamos a encontrar piensos de perros para razas pequeñas, el que mejor le va al terrier checo, ya que estos alimentos tienen en cuenta tanto el tamaño de la boca como el del estómago del animal.
Por eso, fabrican croquetas muy pequeñas, fáciles de romper y a su vez con la resistencia justa para limpiar los dientes, a la vez que son más sencillas de digerir por un estómago que no es demasiado grande.
Hay piensos destinados a cada fase de la vida de estos perros de razas mini y pequeñas, así que podemos aprovechar para darle el más adecuado, lo cual es más importante cuando es cachorro y en los últimos años de su vida.
Existen varias marcas, pero siempre hay que decantarse por una premium que encontraremos en las tiendas de animales, y que reconoceremos porque en muchos casos no tienen granos o anuncian altos porcentajes de carne.
Cuidados
El principal cuidado del terrier checo viene por la parte del pelo, que requiere de un mantenimiento constante si no queremos que se le enrede, aunque no es necesario que se corte a mano en la peluquería.
Debemos cepillarlo al menos tres veces a la semana, centrándonos en el pelo de la cara, el de las patas y la barriga, justo donde es más largo y en el que se clavarán los pinchos, las raspas y se acumulará toda la suciedad de la calle.
Unas tres veces al año, habrá que ir a la peluquería a que le den la forma a su pelo y que lo hace tan característico, aunque si no nos importa que no quede tan bien las primeras veces es algo que podemos ir realizando nosotros.
Otro de los cuidados principales tiene que ver con los paseos, puesto que pese a que parece un perro que puede estar todo el día en casa, no es así y posee mucha energía que hay que gastar.
No es amigo de los paseos rápidos, pero sí que le gusta salir a la calle y explorar a la vez que va ladrando, y es que es un animal bastante ruidoso.
Quizá la ciudad no es el mejor sitio para este terrier checo, cuyo hábitat natural es el campo, pero si decidimos que va a vivir con nosotros en la ciudad, hemos de saber que necesitará bastante atención y que tendrá que salir a la calle a menudo o al final terminará destrozando los cojines, sofás, etc.
Para finalizar, aunque está lejos de otros terriers, la verdad es que es un animal obstinado, lo que deberemos tener en cuenta cuando queramos enseñarle nuevas órdenes, que no persiga a pequeños animales, empleando el adiestramiento en positivo.
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