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Pastor de los Cárpatos - Descubre la nobleza y versatilidad de la fascinante raza

Pastor de los Cárpatos - Descubre la nobleza y versatilidad de la fascinante raza

Lobo Azul |

Los perros pastores están distribuidos por toda Europa y este es el caso del Pastor de los Cárpatos, al que también se conoce como Pastor rumano de los Cárpatos y que es originario de las tierras que hoy conforman Rumanía.

  • Peso: de 35 a 50 kilos
  • Tipo de pelo: liso y duro. De longitud media
  • Carácter: equilibrado y dócil
  • Salud: muy sólida
  • Esperanza de vida: de 12 a 14 años

Orígenes

Ya tenemos registros de la existencia del Pastor de los Cárpatos en el siglo XV, aunque es de suponer que estos perros o algunos muy similares llevan en la región más tiempo.

De hecho, se dice que los perros pastores que hay en los montes Cárpatos pueden provenir de boyeros de las montañas, que a su vez descenderían de canes domesticados hace nueve milenios en Mesopotamia, justo cuando las cabras y las ovejas se convirtieron en animales de granja.

Durante siglos se ha empleado como perro guardián y como perro pastor, aunque lo cierto es que por su tamaño es más lo primero que lo segundo. Se le considera una de las mejores razas de perros pastores, y hoy en día se sigue utilizando.

Las primeras noticias contemporáneas y científicas datan del siglo XIX, cuando ya vemos que la raza aparece en la revista Veterinary Science Magazine, año XV, No. 2.

Hay que esperar más de cien años, concretamente al año 1998, para que se funde el club de la raza, que trabajó mucho hasta que en 2005 se consigue la homologación provisional por parte de la Federación Cinológica Internacional.

En 2015 se revisó su estándar y se publicó la versión definitiva que es la vigente a día de hoy.

Características principales

Estamos ante un perro de gran tamaño que pertenece a la familia de los mastines. Así, las hembras miden de 59 a 67 cm a la cruz, mientras que los machos van de los 65 a los 73.

Su peso tiene un rango muy amplio de los 35 a los 50 kilos, el cual depende mucho del tamaño del ejemplar y de su sexo, puesto que es una de las razas de perros con el dimorfismo sexual más marcado.

Los machos son bastante más grandes que las hembras, estas resultan mejores perros pastores al ser más ligeras, pero lo cierto es que ambos sexos son ágiles pese a su robustez y a su envergadura.

La cabeza es bastante grande y el hocico fino, de forma que se asemeja a la del lobo. La nariz es ancha, los ojos marrones y las orejas triangulares, siempre pegadas a los carrillos.

Al vivir en una zona tan fría, con nevadas intensas y abundantes, el manto es bicapa. La exterior es áspera y un poco más larga que la interior, corta, densa y muy suave.

No hay mucha variedad en los tonos del manto que se admiten, pues los perros deben ser de color arena carbonado, pudiendo tener marcas blancas poco expandidas a lo largo del cuerpo.

Carácter del pastor de los cárpatos

Este Pastor de los Cárpatos parece que tenga dos personalidades. Una cuando tiene que defender a su rebaño y otra con sus dueños, similar a la de otros perros pastores.

Si está con los animales que guarda es un perro fiero que destaca por defenderlos a toda costa. Sabe que es su trabajo y lo hace, pero eso no quiere decir que sea un perro agresivo.

De hecho, jamás ataca sin motivo alguno, puesto que solo lo hará si él o el rebaño están en peligro.

Pueden ser algo territoriales

Con su familia cambian por completo, y se muestran fieles y cariñosos. Esto es algo común a los perros pastores, puesto que han desarrollado un vínculo muy especial con el hombre a lo largo de varios milenios.

Son tranquilos si no hay un rebaño al que cuidar, aunque a veces protegen a su familia en exceso, siempre sin desconfianza a no ser que detecten un peligro muy cerca.

Su comportamiento con los niños y otros animales es bueno, pero con la condición de que tenga espacio a la hora de moverse. Puede vivir en un piso, aunque desde luego no es su hábitat favorito y será más feliz en el campo.

A veces llegan a ser algo territoriales, lo que viene de su trabajo con los rebaños, pero esto se puede solucionar con entrenamiento y una buena educación.

Para ello hay que socializarlo desde cachorro, con un trabajo que debe ir encaminado a acostumbrarlo a recibir visitas inesperadas. La idea es que entienda que no tiene que estar siempre alerta.

Aquí, el refuerzo positivo será nuestro aliado, el cual podemos combinar con deportes como el Agility, que enseñarán al perro a obedecer las órdenes a la vez que quema energía y se divierte con nosotros.

Cuidados

El Pastor de los Cárpatos no es un perro muy exigente con los cuidados. Por el contrario, estamos ante un animal de lo más rústico que nos va a pedir muy poco.

Con el pelo no vamos a tener problemas, pues basta con cepillarlo una vez a la semana si convive con nosotros dentro de casa, siempre pensando en que no deje todo lleno de pelos. Esta frecuencia habrá que aumentarla cuando mude.

Sí que nos exigirá algo más en lo referente a las salidas. Como perro pastor que es, tiene la costumbre de hacer ejercicio y habrá que dar paseos muy largos con él, además de practicar algún deporte.

Dicho de otro modo, es un animal que nos va a pedir tiempo para salir a la calle, pues de lo contrario tanto su salud mental como la física se acabarán resintiendo.

No es un buen perro para dejarlo solo todo el día o tenerlo en una caseta en el jardín. Requiere atención, por lo que si no se la vamos a dar habrá que optar por otra raza.

Alimentación

En su “hábitat natural” el Pastor de los Cárpatos se alimenta de casi cualquier cosa, como pan con leche o el agua que sobra cuando se fabrican quesos.

Pone pocas pegas en este aspecto, pero cuando esté con nosotros conviene que dejemos de lado esa dieta y le aportemos una de mayor calidad, que puede ser húmeda sin ningún problema.

Solemos optar por el pienso seco porque es más cómodo para nosotros y aquí vamos a encontrar muchas opciones, decantándonos siempre por marcas que se vendan en centros especializados.

La idea es que nuestro perro se alimente de un pienso de calidad, con una cantidad elevada de proteína de gran disponibilidad, de esas que se asimilan porque provienen de carnes aptas para consumo humano, y no de subproductos.

Además, conviene que su pienso no tenga granos, escogiéndolo con cuidado cuando el Pastor de los Cárpatos es un cachorro, puesto que es un perro de raza grande que va a necesitar una elevada cantidad de nutrientes para crecer con salud.

Como siempre, si tenemos dudas podemos apoyarnos en el veterinario, aunque lo cierto es que eligiendo una marca de las que se consideran como premium no nos vamos a equivocar a la hora de alimentar a nuestro perro.

Salud del pastor de los cárpatos

Cuando los perros se usan durante siglos para el trabajo, su salud suele ser de hierro. Esto se debe a que solo se han reproducido los más aptos, puesto que los cuidados brillaban por su ausencia.

De este modo, es una de las pocas razas que no tienen enfermedades propias o a las que son propensos por genética, algo que se ve muy poco ahora mismo.

Eso sí, puede sufrir aquellas enfermedades que tienen que ver con su tamaño, que como en todos los perros grandes son la displasia de cadera, la luxación patelar y la torsión de estómago.

La displasia es frecuente en perros de gran tamaño y se diagnostica mediante radiografías, en dónde se ve cómo encaja la cabeza del fémur en la cadera. Dependiendo de la desviación, los síntomas serán más leves o graves, llegando a impedir caminar con normalidad al animal.

También puede padecer la luxación patelar, que ocurre cuando el hueso de esta articulación se desplaza. Hay diversos grados y si es grave hay que operar, aunque a veces se cura con medicación y reposo.

Cuidado con la torsión de estómago

Para el final dejamos a la temida torsión de estómago, un problema agudo y muy peligroso. Ocurre cuando el estómago se dilata por la acumulación de gases, alimentos o líquidos. En este caso, los ligamentos no lo sujetan y rota sobre su eje.

Una de las consecuencias es que las venas y vasos sanguíneos se comprimen, por lo que la sangre no llega a los órganos y estos dejan de funcionar.

Si el perro no recibe tratamiento de inmediato, muere y de ahí su gravedad, más cuando no se conocen bien las causas todavía.

Se cree que una manera de evitarla es no dejar que el perro se dé atracones de comida, en especial antes de realizar ejercicio y también después.

Así, lo que podemos hacer es repartirle la ración en tres tomas y tratar de no estresar al animal mientras come.

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