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Parvovirus en Perros – Qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Parvovirus en Perros – Qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Lobo Azul |

El parvovirus es una enfermedad común en los perros, de manera que los veterinarios están más que acostumbrados a tratarla. Es muy grave, ya que las posibilidades de sobrevivir del animal son de alrededor del 50%.

Hay que prevenirlo por todos los medios y para eso nada mejor que conocerlo a fondo, sabiendo lo que es, cómo se contagia, qué síntomas da, etc., con el objetivo de poder ir al veterinario en cuanto sospechemos que nuestro perro lo tiene.

¿Qué es el parvovirus canino?

La parvo, como se conoce de manera coloquial, es una enfermedad infecciosa producida por un virus que se contagia con una facilidad extrema.  Además, es muy letal, lo que supone un problema con el que tienen que lidiar los veterinarios en todo el mundo.

Afecta a los cachorros a partir de las cuatro semanas de vida, de ahí la importancia de vacunar cuando toca, y también a los perros adultos que estén inmunodeprimidos por algún problema de salud, por lo que no hay que poner dosis de refuerzo cada año.

Existen razas que son más propensas que otras a sufrirlo, como el rottweiler, el pastor alemán o el dóberman, de manera que hay que redoblar los esfuerzos de prevención si tenemos uno de estos animales en casa.

¿Cómo se contagia el parvovirus?

Uno de los problemas del parvovirus es que es muy contagioso. De hecho, tiene varias vías para infectar a nuestras mascotas, siendo la primera la intrauterina, por lo que es posible que si la madre alberga este virus se lo transmita a los cachorros.

Otra de las vías es la boca y la nariz. Si un perro tiene contacto oral o nasal con un animal infectado, se contagiará y lo mismo pasa si  huele o lame las heces de perros portadores, que también infectan objetos y superficies.

De este modo, si pensamos en un perro infectado en un parque, es fácil imaginar la cantidad de animales que puede llegar a contagiar, pues los perros se huelen, hacen lo mismo con las heces de sus congéneres, se lamen entre sí, etc.

Entre cinco y diez días después del contagio, el parvovirus comienza a actuar. Se centra, sobre todo, en el estómago y en el corazón, aunque también genera inflamación e infección de otros órganos.

¿Cuáles son sus síntomas?

Puede producir una variedad de síntomas enormes, y de ahí la importancia de acudir a nuestro veterinario de confianza cuando notemos que el cachorro está apático y no quiere comer.

Los más típicos son la diarrea con sangre y los vómitos. Debido a ambos se produce una deshidratación que es muy peligrosa en los cachorros, y a veces se llega a dar un shock hipovolémico por la pérdida de sangre, de manera que el corazón no es capaz de bombear bastante sangre y se produce la muerte del animal.

También se pueden dar dolores al palpar el abdomen y fiebre, aunque el síntoma más común es la diarrea salpicada de sangre.

Esta diarrea y la sangre se deben a que el parvovirus ataca el intestino, generando lesiones que son las que dan esos síntomas tan característicos y favoreciendo la aparición de infecciones que hay que tratar.

Es posible que la sintomatología sea muy variable, puesto que dependen mucho de la edad del animal, de si tiene alguna vacuna puesta, la carga vírica a la que ha estado expuesto e incluso la raza, pues como hemos visto, algunas son más propensas que otras.

Diagnóstico

En la mayoría de las ocasiones, los veterinarios experimentados no necesitan hacer ninguna prueba diagnóstica para saber que se encuentran ante el parvo, pero para confirmar sus sospechas pueden hacer un análisis de sangre.

Los resultados darán una alteración de los leucocitos y los linfocitos, que son las defensas de nuestro cuerpo que luchan contra virus y bacterias.

Existe otra prueba más sencilla que funciona tomando una muestra de heces y que es bastante exacta a partir del octavo día de la infección, ya que antes puede dar falsos positivos.

Además, mientras el animal está ingresado, hay que hacer más pruebas, con el fin de ver cómo va reaccionando el cuerpo y para comprobar que el virus no haya pasado a los pulmones, al corazón o a la médula.

Tratamiento

No hay un tratamiento que pueda matar al virus ahora mismo, por lo que los veterinarios tratan al animal para que su cuerpo pueda vencerlo, paliando los síntomas y haciendo que el perro esté lo más fuerte posible a la hora de enfrentarse al parvo.

Lo primero es atajar la deshidratación, que es muy peligrosa y mataría al perro en unas pocas horas. Con este fin se ponen goteros con suero, a través de los cuales se pueden dosificar los medicamentos sin tener que molestar al cachorro.

A trasvés de este catéter se suministran antibióticos, pues como ya hemos visto por las heridas del intestino se liberan bacterias que pueden terminar en la sangre, provocando una infección generalizada y la muerte.

Un perro en este estado no come y la pelea contra el virus dura varios días, de forma que parte del tratamiento es la alimentación a través de una sonda, que puede ir directa al estómago o a una vena, dependiendo de lo que valore el profesional.

Con los casos más graves también se usan las transfusiones de sangre, paliando así la pérdida que se da por la diarrea con sangre. Esta técnica se lleva empleando ya un tiempo en perros, por lo que es completamente segura y los veterinarios saben muy bien cómo proceder.

Por último, una sonda nasogástrica, además de servir para alimentar al perro, también controla el dolor de estómago, facilitando que el animal comience a comer por sí solo cuanto antes, lo que es clave para la recuperación.

¿Se puede prevenir el Parvovirus?

Sí que se puede prevenir, aunque no al 100% como pasa con cualquier infección. De todas maneras, si tomamos medidas de prevención y el animal se contagia, lo que sí podemos esperar es que pase la enfermedad sin tantos síntomas y con unas posibilidades de sobrevivir mucho más elevadas.

La mejor forma de prevenir esta enfermedad es con la vacunación. Preguntaremos a nuestro veterinario de confianza y le haremos caso con los plazos con independencia de lo que leamos en Internet.

Los veterinarios de cada localidad son los que mejor saben cuándo ataca esta enfermedad en su zona, por lo que son ellos los que deben marcar los plazos para poner las vacunas en el momento justo.

Otra de las medidas es evitar que el cachorro salga a la calle hasta que no tenga la pauta de vacunación completa, o al menos que lo haga en donde no haya otros perros adultos que son inmunes a la enfermedad, pero que pueden tener el virus en el organismo.

Muchas veces hemos oído que hay que sacar a los cachorros en brazos, evitando que toquen el suelo, y la razón es el parvovirus, que puede esperar en las heces que un animal ha dejado en cualquier esquina.

Con estas medidas es muy complicado que nuestro cachorro se infecte, evitándole un enorme sufrimiento, pues es una enfermedad complicada que puede matarlo, y que si no lo hace lo tendrá varios días en el veterinario luchando y creándonos una enorme ansiedad por la incertidumbre.

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