Como ocurre con el mal shi, el labradoodle es otro de esos perros que se han desarrollado “en laboratorio”, mezclando de forma consciente dos razas de perros, el labrador y el caniche, dando origen a este perro que parece un oso de peluche.
- Tamaño: de 45 a 55 cm
- Peso: entre 10 y 25 kilos
- Tipo de pelo: largo y ondulado, aunque hay ejemplares de pelo liso
- Carácter: tranquilos, sociables y mimosos
- Salud: buena, aunque sufren de varias enfermedades genéticas
- Esperanza de vida: 14 años
Orígenes del Labradoodle
El labradoodle es uno de los pocos perros de todo el mundo que tiene sus orígenes documentados, de manera que sabemos en qué año exacto se originó, concretamente, en 1988.
En esa fecha a Wally Conron se le ocurrió la idea de crear un perro guía para personas invidentes que no soltara pelo, pues los ciegos con alergia no podían disfrutar de un perro lazarillo.
Una de las razas estaba clara, el labrador y la otra elegida fue el caniche, muy inteligente y que además no soltaba pelo, siendo lo que se conoce como una raza hipoalergénica.
Con el paso de los años su creador se ha arrepentido de su idea, ya que cree que su motivación inicial se ha pervertido y ahora solo se cría este animal con el fin de ganar dinero, algo en lo que tiene razón.
Además, parece que hay algunos problemas con la salud de muchos ejemplares, aunque en Estados Unidos y en Australia se han puesto ya manos a la obra con la idea de profesionalizar la cría de la raza.
De hecho, el Kennel Club de los Estados Unidos ha reconocido al labradoodle, algo que pensamos que tardará bastante en Europa, en donde lo podemos comprar sin ningún tipo de documentación que nos acredite que es una raza pura.
Características Labradoodle
Al ser una raza tan reciente, no reconocida en una buena parte del mundo y sobre la que se está trabajando en la actualidad, estas características son solo una orientación, pues existen varios tipos de labradoodle diferentes.
Así, tiene un manto muy largo y que suele ser ondulado, aunque no es raro encontrar ejemplares cuyo pelo es liso o rizado, y algo similar pasa con los colores, entre los que hay muchos tonos diferentes.
Vemos perros blancos, negros, caramelo, plata, azul, dorados y todos esos colores se combinan entre sí, siendo válidos en este momento al no haber un estándar claro o unas directrices sobre cuáles son los deseables.
El tamaño es mediano, y algo que los identifica enseguida son sus dos orejas, largas, que van colgando y moviéndose cuando este perro corre.
Pesa entre 10 y 25 kilos, lo que es una variación grande y aquí vemos de nuevo que hay mucha variedad en los distintos animales, midiendo entre 45 y 55 cm.
Debido a que a lo largo de los años se han criado sin ningún tipo de orden, algunos de ellos han perdido la cualidad de ser hipoalergénicos, que fue el motivo por el que esta raza se ideó.
Hay varios tipos de labradoodle y el que se quiere imponer es el australian labradoodle, ya que los criadores están luchando por crear una raza y que esta tenga un estándar definido, empleando otras como el cocker spaniel o el terrier irlandés, siempre con la idea de fijar características físicas.
La mezcla a veces no ha dado buenos resultados, puesto que se originan muchos perros con un carácter demasiado nervioso.
Carácter del Labradoodle
De nuevo, y teniendo en cuenta que todo es provisional y cambia mucho de un perro a otro, por norma general esta es una raza sociable y muy alegre, a la que le encantan los mimos, los niños y la vida en familia.
A su vez, tiene una inteligencia muy superior a la media y siempre quiere agradar a su dueño, lo que, por una parte, hace que no sirva a la hora de guardar, pero por otra lo convierte en uno de los mejores perros de asistencia, que es para lo que fue creado.
Esto no siempre es así, y a veces puede darnos más problemas de lo que pensábamos en un primer momento, pues es un cruce de dos razas de caza, de manera que los instintos pueden salir a relucir y eso no lo haría adecuado como animal de terapia.
Con una buena educación temprana esto se puede reconducir, así que hay que empezar pronto con ella.
Educación del Labradoodle
Una de las primeras tareas cuando estamos adiestrando a un labradoodle es enseñarle a que acuda a nuestra llamada, lo cual es lo más difícil debido a que las razas de las que procede tienen un gran instinto de caza.
Aquí el adiestramiento en positivo será nuestro mejor aliado, sobre todo con un perro tan inteligente y sensible como este, empleando premios cada vez que haga algo bien. Por supuesto, la violencia está totalmente fuera de lugar, además de que no lograríamos más que asustarlo.
Con paciencia podemos conseguir grandes progresos, pues no hay que olvidar que se han empleado, y se sigue haciendo, para ayudar a personas con problemas de visión y que también son excelentes perros de terapia.
No sería una mala idea acudir a una escuela canina, al menos al principio con la intención de que nos ayuden en el adiestramiento inicial y en ella podemos practicar Agility, pues su inteligencia y agilidad lo hacen muy bueno en esta disciplina, aunque hay algunos ejemplares que son reacios a practicarla.
Salud del Labradoodle
Es su punto más débil, ya que pese a que no es un perro enfermizo, sí que tiene varias enfermedades hereditarias que provienen de haber cruzado al caniche y al labrador sin control alguno.
Siempre leemos que los perros mestizos son más resistentes y esto es cierto, pero después de muchos años de selección natural en la que los más enfermizos terminan muriendo, reproduciéndose solo los más fuertes.
Este no es el caso del labradoodle, que es propenso a la displasia de cadera, de codo y a la atrofia progresiva de retina. Además, también puede padecer problemas cutáneos por la mezcla de ambos pelos de dos tipos tan diferentes y malformaciones en los dientes.
Eso no quiere decir que vaya a tener estas enfermedades, pero sí que será propenso a ellas y que pueden aparecer a lo largo de su vida.
Ahora “la pelota” está en el tejado de los criadores, los cuales se deben poner manos a la obra para desterrar estas patologías con la reproducción selectiva y las pruebas genéticas, dejando de criar con aquellos perros que las tengan.
Cuidados del Labradoodle
Como le pasa al labrador, esta raza es propensa al sobrepeso, por lo que hay que controlar lo que le damos de comer, dejando de lado las golosinas y dándoles un pienso de calidad, sin granos ni cereales.
El pelo es otro de los cuidados específicos del labradoodle y el más pesado de todos, pues debido a la cantidad y a la longitud hay que cepillarlo a diario, o de lo contrario termina siendo un manojo de nudos.
Se le puede cortar el pelo, pero si no queremos cepillarlo a menudo es mejor que optemos por otra raza con la capa lisa y corta.
Siguiendo con los cuidados específicos, las orejas también pueden ocasionarnos algún que otro problema, pues a veces tienen pelo dentro y al tenerlas caídas no tardarán en aparecer las otitis si no estamos atentos.
Debe hacer ejercicio y les gusta nadar como a los labradores, por lo que quizá no es el mejor perro para pasar el día encerrado en un piso pequeño, y es más conveniente que conviva con nosotros en un chalet con parcela o en una casa de campo.
Adoptar un Labradoodle
En España no es una raza popular, aunque sí que es posible ver ya los primeros ejemplares, pero no son comunes en las protectoras.
Podemos buscarlos, puesto que con el tiempo es factible que demos con uno, pero si lo encontramos hay que tener cuidado, pues algunos ejemplares no tienen el mejor carácter del mundo y es probable que estén en un albergue por eso.
Reconducir a un animal adulto es algo que se puede hacer, pero no está al alcance de cualquiera. Por eso, si nos encontramos a un labradoodle conviene que pasemos un tiempo con él, o incluso consultar la posibilidad de convivir con él en casa unas semanas antes de la adopción definitiva.
Esto nos ayuda a saber bien cómo se comporta, y si lo que vemos nos gusta vamos a disfrutar mucho con él, en especial si somos aficionados a salir al campo y tenemos algún curso de agua cerca o piscina en casa.
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