El Cocker Americano es una de esas razas que ahora se han convertido en mascotas perfectas, pero que durante muchos años han acompañado a los cazadores en el campo, en concreto cazando codornices y perdices.
- Peso: alrededor de 11 kilos
- Tipo de pelo: sedoso y liso
- Carácter: alegre y equilibrado
- Salud: fuerte
- Esperanza de vida: 12-14 años
Orígenes
Como pasa con la mayoría de las razas del nuevo continente, el Cocker Americano tiene su origen en la vieja Europa. En concreto, proviene del Reino Unido. Desde este país llegaron varios Cocker Spaniel hacia 1800.
La raza se fue extendiendo por todo el continente y a finales del siglo, en 1881, se crea el primer club de la raza, el cual ya se llamaba American Cocker Spaniel Club.
Durante esos 80 años ya se empezó a distinguir a los ejemplares americanos de los ingleses, puesto que los criadores americanos comenzaron a trabajar enseguida en otras líneas que alejaban a este animal de su cometido principal, la caza.
Parece algo ligado a los norteamericanos, que ya han hecho esto con varias razas hasta separarlas del tronco principal, generando nuevas líneas de cría.
Hubo mucha polémica en la época
Esta decisión, la de sacar una línea de cocker para las exposiciones, no estuvo exenta de disputas ya desde su origen, pues había personas que querían que la raza siguiese siendo un perfecto perro de caza.
De hecho, fruto de esta polémica ya se comienza a diferenciar ambas variantes de manera definitiva, y esto es algo que se veía en el fenotipo de los perros al ser los americanos de una talla menor y con un pelo más abundante.
Ya en 1935 se prohibió el cruce entre ambas razas y en 1946 el American Kennel Club se rindió a la evidencia, reconociendo que el Cocker Americano y el Inglés eran dos razas distintas.
Es en esos años cuando el Cocker alcanzó la mayor popularidad, estando ahora en declive, pero no en peligro de extinción.
Características principales
La raza está dentro del grupo de “perros de caza deportivos” de la FCI, pese a que hace muchos años que no pisa el campo. En este grupo, con un peso que va de los 10 a los 15 kilos y con una altura de los 33 a los 39 cm, es el más pequeño.
Su cabeza es muy característica, ya que es muy redonda y va acompañada de un hocico ancho y alargado, más chato que el del Cocker Inglés, lo que es una de sus diferencias.
El pelaje es más largo que el que posee la raza que le da origen. Puede ser liso u ondulado, con una capa interna que lo protege del frío y de la humedad, la cual es fruto de sus días como cazador.
Tiene flecos en las patas, las orejas y en la zona del pecho, lo que contribuye a darle un aspecto amigable, muy alejado de la agresividad.
Sobre el tono del manto, se aceptan el negro sólido, con marcas fuego o manchas blancas, el crema, el rojo oscuro, el pardo y el pardo con marcas de fuego. A su vez, puede tener dos colores sólidos, siempre que uno sea el blanco.
No podemos olvidarnos de sus orejas, que parecen insertadas muy atrás en la cabeza y que le cuelgan de manera visible. Dan el aspecto de ser enormes, pero lo cierto es que esto es una ilusión óptica fruto del pelo, y sobre todo de los flecos.
Carácter
Estamos ante un perro muy cariñoso y amigable, tal y como parece cuando lo vemos por primera vez. Es una de las mejores mascotas que podemos tener, pues es muy dulce y leal con los suyos.
La apariencia de peluche ayuda a que siempre lo queramos acariciar, algo que no va a rechazar. Además, se lleva muy bien con los niños, a los que trata con mucha delicadeza para no hacerles daño.
Algo similar ocurre con otros animales, por lo que es el perro ideal si convivimos con más mascotas como los gatos.
A diferencia de su pariente inglés, el cual tiene problemas de carácter fruto de una crianza poco responsable, el Cocker Americano es muy equilibrado y sosegado.
Eso no quiere decir que se pase el día durmiendo, ya que es activo y le encanta jugar. También es feliz haciendo ejercicio, en especial si se simula la caza.
Les gusta moverse, lo que no significa que tengan problemas a la hora de adaptarse a la vida en casa, y de ahí el éxito que tuvieron desde el principio ejerciendo de animales de compañía.
Cuidados del Cocker Americano
Como cualquier perro con este pelaje, lo que más trabajo nos va a dar va a ser el pelo. Así, con el fin de que luzca en todo su esplendor, hay que cepillarlo una vez al día.
Los baños tienen que ser regulares, pues eso nos asegura un manto limpio y con el que vamos a poder trabajar mejor. Además, si queremos que tenga la apariencia de la raza, debemos llevarlo a la peluquería.
Habrá que programar visitas frecuentes con el fin de que le desenreden el pelo, se lo corten, le den forma, etc., pero esto no hay que hacerlo todos los meses.
No debemos ver esto como un gasto, ya que además de que nuestra mascota va a lucir mejor, evitaremos que se desarrollen parásitos. Estos encuentran un lugar perfecto en los nudos del pelo, así que hay que evitarlos a toda costa.
Las orejas también demandarán mucha atención, tanto en la parte externa, como sobre todo en la interna, pues debido al tipo de oreja que tiene, las infecciones de oído no son infrecuentes.
¿Cómo le limpiamos los oídos?
Hay que revisarle los oídos con asiduidad, mejor si lo hacemos todos los días al venir de la calle.
Empezamos por la parte externa, en donde la suciedad tiende a quedarse pegada. Ahí puede enredarse todo tipo de vegetación, que retiraremos con el fin de que no se creen nudos o núcleos de suciedad.
También evitamos heridas en la parte externa, que se pueden producir si las espigas se clavan bien en el pelo y tocan la piel.
Después de mirar la parte externa vamos a la interna, a la más importante. De nuevo, comprobamos que no tenga espigas o cuerpos extraños, pues si están presentes y no se los quitamos desarrollará otitis.
A la hora de prevenirla ayuda mucho que eliminemos el exceso de cera. Se puede hacer con una gasa o suero salino, aunque en el mercado ya existen productos específicos para perros que podemos emplear.
Si tenemos dudas, siempre consultaremos con el veterinario, el cual nos explicará cómo limpiar los oídos a nuestro Cocker Americano de la mejor manera posible, sin provocarle ningún daño.
Es mejor hacerlo a diario, por lo que conviene acostumbrar al animal desde pequeño, manipulando sus orejas, limpiándole la zona interna del oído, etc.
Alimentación
En cuanto a la alimentación del Cocker Americano, lo primero que debemos saber es que estamos ante una raza bastante glotona. Come muy deprisa y si le dejamos lo hará en cantidades mucho más altas de lo necesario.
Esto quiere decir que debemos tener cuidado con cuánto pienso le ponemos en el cuenco, a la vez que evitamos darle extras en forma de chucherías o de comida casera, pues eso solo ayudará a que engorde más.
Así, lo principal es escoger un pienso de calidad, más cuando el Cocker Americano es un perro bastante activo que necesita comida que le aporte una buena cantidad de energía, pero sin pasarnos.
Por eso, lo que vamos a hacer es comprarle un pienso de calidad, de los que se denominan como premium. La característica principal de este tipo de comida para perros es su composición.
En ella destacan las proteínas, casi siempre en forma de carne, aunque también los hay de pescado. Lo normal es que la fuente de proteína principal sea el pollo o el cordero y ya hay piensos de pato, vaca, etc.
A su vez, y más sabiendo que tiende a engordar, lo que buscaremos será un pienso sin granos de ningún tipo. Eso quiere decir que es mejor que no tenga trigo o cebada, los cuales aportan demasiados carbohidratos.
Puede parecer que escoger un pienso será muy complicado, pero nada más lejos de la realidad. Buscaremos aquellos que anuncien en el saco que son “grain free” y entre esos, escogeremos los que tengan una mayor proporción de proteína en su composición.
Si a pesar de ello notamos que nuestro Cocker Americano engorda, siempre podemos hablar con el veterinario, con el fin de ver si es necesario un pienso light, con menos grasa e hidratos de carbono.
Salud
El Cocker Americano no es un perro delicado, de esos con los que hay que ir al veterinario todas las semanas, pero como todas las razas puras tiene sus problemas de salud asociados.
Uno de los principales es la sordera. De hecho, alrededor de un 7 % de los perros de esta raza ya nacen sordos, algo con lo que ellos pueden convivir y nosotros también, siempre que sigamos una serie de pautas con el fin de adaptarnos a ello.
Además, la sordera puede adquirirla a lo largo de su vida si no tenemos cuidado. Como todo perro con las orejas largas y caídas, las otitis no son infrecuentes y si estas no se tratan pueden provocar daños en el oído.
Por eso, debemos estar atentos y revisar el interior del pabellón auditivo con frecuencia, sobre todo después de los paseos.
Los ojos son otro de sus puntos débiles
También hay que tener cuidado con los ojos, pues la raza es propensa a padecer problemas como las cataratas o el glaucoma. Por eso, es bueno que el veterinario le mire los ojos cada cierto tiempo.
Estas revisiones deben ser más frecuentes conforme el animal se hace mayor, pues es entonces cuando más riesgo tiene de sufrir esas patologías.
Hay más enfermedades propias de la raza
Si hablamos de los cockers americanos no hay que olvidar la anemia hemolítica autoinmune, ya que afecta a la raza.
Se trata de una enfermedad del hígado que viene por varias causas, y que por suerte tiene tratamiento en la inmensa mayoría de los casos, con soluciones como la transfusión de sangre, los antiparasitarios o los corticosteroides.
Visto así parece que el Cocker Americano es un animal delicado, pero nada más lejos de la realidad. La sordera sí que es una enfermedad que les afecta más y el resto es posible que las padezca, pero no es algo muy común.
No obstante, el glaucoma o las cataratas son algo que sufre cualquier perro, al igual que la anemia. Se da más en esta raza que en otra, pero no debemos obsesionarnos con ello. Por supuesto, tampoco hay que dejar de comprar un ejemplar de esta raza si nos gusta.
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