Al igual que pasa con las personas, los perros llegan a desarrollar diabetes por diferentes circunstancias, siendo una enfermedad que puede destrozar el organismo del animal si no se trata a tiempo.
En la diabetes en perros lo peor no son los síntomas inmediatos, que ya suelen ser muy malos de por sí, sino que a largo plazo afecta a una gran cantidad de órganos hasta hacer que muchos de ellos dejen de funcionar correctamente.
¿Qué es la diabetes?
Para estabilizar los niveles de glucosa en sangre, el organismo de los perros (y el nuestro) genera una hormona que se llama insulina, de lo cual se encarga el páncreas.
De esa manera se establecen los niveles correctos y la glucosa, que es la que aporta energía, no da problemas, pero eso es diferente cuando aparece la diabetes.
Esta es una enfermedad crónica, que no se va a curar mientras el perro viva, y que provoca que o bien el páncreas no sea capaz de producir bastante insulina o que el organismo de nuestro mejor amigo no la emplee como debe.
Entre otros problemas, a corto plazo hace que los niveles de glucosa suban y bajen sin control, pudiendo llegar a matar al animal tanto por un exceso como por un defecto de esta hormona, pues ambos escenarios son igual de graves, quizá un poco peor la bajada brusca.
Tipos de diabetes
Con el fin de complicar aún más las cosas no solo hay un tipo de diabetes en perros, sino que el veterinario se tiene que enfrentar a dos posibilidades y hacer pruebas para saber cuál de ellas padece nuestro perro, ya que el tratamiento es distinto.
Diabetes Tipo I
Es la más común y la que es más pesada a la hora de tratarse, puesto que por norma general el animal se convierte en dependiente de la insulina inyectada.
Su cuerpo no es capaz de producir esta hormona, así que los niveles de glucosa en su sangre se disparan.
Diabetes Tipo II
Menos usual y con un tratamiento sencillo, pues no es necesario inyectar a nuestro mejor amigo insulina a diario.
Se suele originar debido a que el cuerpo no usa de manera adecuada la insulina que el páncreas produce, o porque genera muy poca para que los niveles de glucosa sean estables.
Síntomas de la diabetes en tu perro
Los síntomas de la diabetes se pueden confundir con otras enfermedades, o a veces ni siquiera pensamos que le pase algo extraño, sino que atraviesa una época de menor actividad o en la que tiene más hambre.
Hay que estar siempre atento a los cambios de comportamiento, pues esa falta de energía repentina puede no obedecer al calor, sino a que sus niveles de azúcar en sangre son muy altos o bajos.
Uno de los síntomas más claros es la pérdida de peso. Poco a poco advertimos que pese a que come más, el perro adelgaza, lo que nos debe poner en alerta, del mismo modo que cuando notamos que bebe más agua y orina a menudo.
Podemos pensar que es normal que ahora orine más, pero lo que no es natural es que beba tanta agua de repente, llegando a hacerse pis dentro de casa cuando anteriormente jamás lo había hecho, o no al menos desde que era un cachorro.
También es posible notar que al animal le falta energía, que deja de jugar o duerme más de la cuenta, lo cual se debe a las alteraciones bruscas en los niveles de glucosa.
Casi siempre estos cambios en la actitud del perro aparecen combinados, por lo que es más sencillo alarmarse, aunque uno solo de ellos ya nos debe hacer pedir cita con nuestro veterinario de confianza enseguida.
Causas de la diabetes en perros
La diabetes suele tener una serie de causas, o al menos hay algunas que favorecen la aparición, la cual en ocasiones se puede evitar o retrasar todo lo posible.
Factores genéticos
Existen razas como el caniche, el schnauzer o el teckel que son más propensas a padecer esta enfermedad, aunque también la tienen perros de otras razas e incluso mestizos si alguno de sus antepasados la han padecido.
La edad
Con el paso de los años el organismo comienza a funcionar peor, como si se fatigase, y para nuestra desgracia eso ocurre pronto en los perros, que a partir de los siete años ya entran en lo que nosotros llamamos la tercera edad.
Por eso, es después de los siete años cuando se producen la mayoría de los casos, que son muy extraños en los cachorros y en los perros más jóvenes.
Así, conforme avanza la edad del perro, la posibilidad de tener diabetes aumenta, aunque no debemos asustarnos porque no se trata de una enfermedad demasiado común.
Obesidad
Al principio decíamos que en algunos casos la diabetes en perros se puede prevenir y esta es la situación en la que podemos intervenir con el fin de que la diabetes no aparezca.
De hecho, la principal causa de la diabetes en las mascotas es la obesidad, por lo que si nuestro perro está pasado de kilos, debemos tomar cartas en el asunto cuanto antes, siempre de acuerdo con el veterinario.
Hay piensos específicos que ayudan a los perros a perder peso sin pasar hambre, añadiendo más fibra para que se sacien antes y el ejercicio moderado ayuda a acelerar el proceso.
Esperanza de vida de un perro diabético
La esperanza de vida de un perro con esta enfermedad depende mucho de cuándo se detecte la misma y de si se pone el tratamiento adecuado.
Si se detecta pronto, la esperanza de vida no tiene por qué verse acortada de manera significativa, de forma que un perro diabético vivirá lo mismo que uno que no tenga diabetes recibiendo el tratamiento adecuado.
Soluciones o tratamientos
Existen varias soluciones que consiguen controlar la diabetes en los perros, y las cuales hay que combinar siempre bajo un estricto seguimiento veterinario que debe ser periódico, puesto que los animales tienen que ser revisados cada poco tiempo.
Una de las soluciones pasa por el ejercicio. Este mantiene alejada la obesidad y además consigue que la glucosa se vaya gastando, pues el cuerpo del perro la quema cuando hace deporte.
Este ejercicio debe estar adaptado a la raza, edad y peso del animal, pues no podrá hacer el mismo deporte un pastor alemán joven que uno viejo o que un perro como el bulldog inglés.
Es muy importante ceñirse a los alimentos que nos diga el veterinario, de manera que se terminó eso de darle lo que nosotros estamos comiendo, como trozos de pan, patatas fritas, etc., y hay que concienciar a la familia con el fin de que haga lo mismo, en especial a los niños.
Siempre debemos tener presente que esta enfermedad es crónica, lo que quiere decir que no se cura y que va a acompañar a nuestro perro durante el resto de su vida, así que incluso podemos cambiar algunos hábitos de vida propios, saliendo más a pasear junto a él.
Comida específica para perros diabéticos
Además de la insulina, una parte fundamental del tratamiento de la diabetes en perros es la alimentación.
Tiene que ser muy rica en proteínas, baja en grasas y con poco almidón, y llevar una buena cantidad de fibra, la cual hace que la absorción de la glucosa sea más lenta.
Debe tener más cantidad de L-carnitina de lo normal, un aminoácido que estimula al organismo a la hora de producir insulina.
Por suerte, esto ha dejado de ser un problema hace años y ahora mismo en el mercado hay varias marcas que ofertan tanto comida húmeda como seca, con la cual no tendremos que preocuparnos por ofrecer a nuestro mejor amigo un alimento adecuado.
Es cierto que estos piensos que muchos llaman “de dieta veterinaria” pueden ser un poco más caros que los normales, pero el precio no sube demasiado con respecto a un pienso premium de la mejor calidad.
Ahora se puede adquirir de una manera sencilla a través de Internet, y también nos los traerá el veterinario si se lo pedimos, la mejor opción si tenemos tiempo, pues así aprovechamos con el fin de hacerle alguna consulta.
Si queremos darle comida hecha por nosotros, hay que preguntar al veterinario, el arroz integral le irá muy bien como base, y también algunas frutas del tipo de la manzana, la cual suele encantar a los perros por su sabor.
Medicamentos específicos
En el caso de la diabetes de tipo I, la que se da porque el organismo no produce insulina, no queda otro remedio que administrar insulina en forma de inyecciones, con las cuales vamos a evitar las complicaciones de la enfermedad.
Será el veterinario el que nos explique cómo hacerlo, de qué manera pinchar y qué dosis hay que poner, siendo muy importante que respetemos la dosis inicial y que aprendamos a ajustarla nosotros dependiendo de los niveles de glucosa en la sangre.
Estos niveles los vamos a saber gracias a los controles que haremos en casa, con un medidor de glucosa que funciona poniendo un poco de sangre en una tira reactiva.
Aquí es crucial que el medidor sea específico para perros, puesto que la calibración tiene que ser diferente a la de los aparatos de los humanos debido a que la glucosa se concentra más en el plasma en los perros.
Habrá que llevar a cabo revisiones cada cierto tiempo en el veterinario, para que haga las pruebas necesarias con el fin de hacer un seguimiento de la evolución de la enfermedad.
No debe preocuparnos el tener que pinchar a los perros a diario, ya que se dan casos de animales que “buscan” que les pongamos la inyección, pues no tardan en asociar que cuando se la ponemos se encuentran mejor.
También hay una serie de suplementos en forma de comprimidos, casi siempre provenientes de plantas, que pueden ayudar a mantener la glucosa más estable, y que serán adecuados en los dos tipos de diabetes en los perros.
Hay que hablarlo con el veterinario, pues algunos sí que los usan y otros no querrán, aunque lo cierto es que no perdemos nada por probar durante un tiempo y medir los resultados.
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