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por Lobo Azul en may 30 2023
La mastitis en perros es una enfermedad que se localiza en las glándulas mamarias de las hembras, casi siempre cuando están criando a los cachorros, pero a veces incluso si hay un embarazo psicológico, algo que es más común de lo que pensamos.
Causas
Una mastitis canina no es más que una inflamación de las mamas de las hembras, la cual puede ir acompañada de infección o no, ya que a veces solo hay hinchazón.
Entre las causas más usuales está la forma en la que los cachorros obtienen la leche materna, en especial cuando van siendo un poco mayores y suben de peso. Entonces presionan fuerte las mamas con las patas y las uñas, provocando pequeñas lesiones.
Esto se suele combinar con una bajada de las defensas de la madre, lo que facilita que se produzca la inflamación y la infección, que de otro modo no ocurriría.
En otras ocasiones no es necesario que haya cachorros mamando, puesto que a veces la mastitis aparece en los embarazos psicológicos. La perra no está preñada, pero ella cree que sí y el cuerpo actúa en consecuencia.
De hecho, a pesar de que en realidad no hay embarazo, las mamas se hinchan y se ponen duras, lo que a veces deriva en una mastitis.
Cómo saber si mi perra tiene mastitis
El diagnóstico lo debe hacer un veterinario, pero nosotros debemos estar atentos a nuestra perra si tiene cachorros, revisándole las mamas con regularidad con el fin de ver si las notamos muy calientes, duras o hinchadas.
Además, en el caso de que nuestra perra cambie de comportamiento, también es lo primero que debemos mirar, por si acaso tuviese un embarazo psicológico que haya derivado en una mastitis.
Si está criando, no solo apreciaremos la mastitis en nuestra perra, sino que los cachorros también nos pueden poner en alerta, por ejemplo, si notamos que estos dejan de aumentar de peso.
De todas maneras, una visita a nuestro veterinario de confianza nos aportará un diagnóstico certero con el fin de actuar en consecuencia, lo cual siempre comienza por retirar a los cachorros, pues de lo contrario el problema solo irá a más y se agravará.
Este profesional puede hacer diferentes pruebas, pero a veces le basta con una exploración física y con tomar la temperatura a la perra. Con el fin de asegurarse puede analizar las secreciones mamarias si las hay o realizar un cultivo de la leche.
Síntomas
Hay varios síntomas que son comunes a todas las perras con mastitis, aunque es cierto que a veces no es fácil asociarlos con esta patología si no hacemos una exploración, puesto que algunos como la fatiga se asocian a la crianza, sobre todo si hay muchos cachorros
Así, con la mastitis lo primero que notamos es que la perra está muy cansada y fatigada, moviéndose menos de lo normal o haciéndolo muy despacio. No debemos pensar en que es cosa de la lactancia, sobre todo si además ha perdido el apetito.
Si a pesar de tener varios cachorros mamando no come, lo mejor es comenzar la exploración cuanto antes.
¿Qué notamos en las mamas de una perra con mastitis?
Ya con esta enfermedad en mente, vamos a explorar las mamas y es posible que veamos otros síntomas muy claros, como las tetas muy inflamadas y duras, las cuales le llegan a doler si las exploramos y las tocamos.
En este punto es común que la madre evite dar de mamar a los cachorros, ya que le provocan un dolor bastante fuerte que ya no soporta.
A su vez, es probable que la zona de alrededor de las mamas esté roja e irritada o que incluso tenga algunos bultos o protuberancias.
Otros síntomas, de los más claros, son las secreciones hemorrágicas con pus, quizá lo que más nos alerta, pues todos sabemos que la leche no es ni de color rojo ni verde.
También puede tener vómitos, diarrea y fiebre, aunque desde luego las señales más evidentes son las que apreciamos en la zona de las mamas.
Los cachorros también padecen algunos síntomas
Aunque los cachorros no se contagian de la mastitis, ni siquiera cuando cursa como una infección, sí que presentan síntomas que también nos indican que la madre puede padecer este problema.
De repente, notamos que no están cogiendo peso como deberían. De hecho, incluso llegan a adelgazar porque no maman bastante, pues la madre se lo impide.
Su actividad también baja. Los antes inquietos cachorros que no paraban de moverse ahora están débiles y se quejan todo el día, como si tuviesen hambre.
Por si fuera poco, pueden tener diarreas y vomitar, además de perder el pelo por falta de nutrientes al no ingerir toda la leche que necesitan.
Tratamiento
En un principio, y si se coge a tiempo, la mastitis no es una enfermedad grave, pero puede ir a más en el caso de que nos pase desapercibida.
El tratamiento comienza con un antibiótico de amplio espectro como la amoxicilina durante unas dos o tres semanas. Pasado ese tiempo, si la mastitis no ha desaparecido o remitido casi en su totalidad, es necesario hacer un cultivo.
Con esto se ve cuál es la bacteria específica que está provocando la mastitis y se puede recetar el mejor antibiótico para eliminarla.
Además, el veterinario le pinchará a la hembra un antiinflamatorio con el fin de que le quite el dolor lo antes posible y baje la hinchazón, que acompañará con una receta para que le demos comprimidos en casa durante unos días.
Otro de los tratamientos consiste en sacarle la leche que está retenida y si hay heridas en la zona de las mamas, se le puede aplicar algún tratamiento (incluso uno natural) con la idea de que mejore cuanto antes.
Existen casos graves en los que la perra tiene que pasar por el quirófano, pues hay que drenar todo el pus acumulado en las glándulas mamarias y puede ser que la mastectomía sea una buena decisión.
Para finalizar con el tratamiento, en un primer momento es probable que el veterinario le administre a la perra un suero intravenoso con algunas vitaminas o incluso glucosa, sobre todo si tiene fiebre o la ve muy débil.
Prevención
Ya conocemos los síntomas y el tratamiento, pero lo más importante es la prevención de la mastitis en perros, pues los cachorros tienen que mamar y nada mejor que lo hagan con su madre, ingiriendo leche natural.
Comenzaremos con la higiene de las mamas. Una o dos veces al día procederemos a limpiarlas con agua y una gasa estéril, algo que no afectará a los cachorros, pues no percibirán ningún sabor extraño.
Esto nos permitirá notar enseguida si las mamas están cambiando o hay algún problema que conduzca a una mastitis.
Los cachorros también forman parte de la prevención, así que con el mismo procedimiento les vamos a limpiar las patas eliminando la suciedad y las heces, que no queremos que terminen en las mamas de la madre.
Por último, cuando los cachorros estén mamando hay que ver si lo hacen de todas las tetas. Si se dejan una cogeremos a uno de los cachorros y lo pondremos a mamar ahí, pues es fundamental que todas las mamas “trabajen” y permitan que salga leche a través de ellas para no provocar retenciones.
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Otitis en perros - Diagnostico, tratamiento y prevención
por Lobo Azul en mar 28 2023
La otitis en perros es una enfermedad bastante común. Se puede dar en cualquier perro a lo largo de su vida, aunque lo cierto es que hay algunas razas más propensas que otras y las condiciones ambientales también influyen bastante.
Causas de la otitis en los perros
Hay varias causas que pueden provocar esta inflamación en el oído de los perros, comenzando porque el animal produzca mucha cera o tenga demasiado pelo dentro de las orejas (una combinación de ambas igualmente produce otitis).
También se da si se introduce un objeto extraño, lo cual es usual en los perros que salen al campo a menudo, aunque puede producirse de igual modo si usamos bastoncitos de algodón a la hora de limpiarle los oídos.
Los ácaros son otros de los culpables, así como las reacciones alérgicas. Una otitis en perros también puede desarrollarse por tumores en el oído, por los cambios hormonales o porque el animal produzca mucha queratina.
Incluso la raza puede predisponer a que un perro tenga otitis, como es el caso de las que tienen las orejas grandes y caídas, del tipo de los cocker, los basset y los sabuesos en general.
Por último, un ambiente húmedo ayuda mucho a que los perros padezcan esta infección de vez en cuando, lo que no ocurre tan a menudo si viven en climas secos.
Como saber si mi perro tiene otitis
No hay mejor forma de saber si un perro tiene otitis que yendo al veterinario, aunque vamos a ver que el animal se comporta de una manera extraña, como si tuviese dolor por la zona superior de la cabeza.
Síntomas
Aunque hemos de ir al veterinario, el cual hará el diagnóstico mediante una serie de pruebas muy sencillas, lo cierto es que la otitis en perros es algo muy fácil de detectar debido a que tiene unos síntomas característicos.
El perro camina con la cabeza ladeada
Uno de los signos más característicos es que el animal comienza a caminar con la cabeza ladeada, lo cual nos llama la atención y nos hace ponernos en alerta de manera inmediata.
El lado hacia el que coloca la cabeza nos indica el oído en el que tiene la otitis, pues aunque se puede presentar en los dos, lo normal es que la enfermedad solo se dé en uno de ellos, o al menos que no aparezca en los dos a la vez.
Mal olor en la oreja
Otro de los síntomas de la otitis es mal olor dentro de la oreja. El olor es bastante nauseabundo. Nos llega cuando está cerca de nosotros y nos coloca la oreja en las proximidades de la nariz, o en el momento de asearlo.
Este mal olor se suele acompañar de secreciones de color amarillo o verde, que son otro de los indicativos de que hay una infección.
El animal no para de sacudirse la cabeza
Si el perro tiene otitis tendrá dolor, el cual intenta aliviar sacudiendo la cabeza muy a menudo, en especial del lado del oído en el que está la infección. Ese síntoma se suele acompañar con el primero que hemos visto, llevar la cabeza ladeada.
Dolor en la oreja al tocarle e incluso puede dejar de comer
Cuando el dolor no es tan intenso, es probable que no haya síntomas visibles. Sin embargo, si lo tocamos se queja cuando le ponemos la mano cerca de la oreja e incluso puede dejar de comer por las molestias que le produce el movimiento de las mandíbulas.
Pérdida de equilibrio y sordera
Por suerte, la otitis grave en perros no es común, pero si se da (es más grave cuanto más se introduzca en el oído) los síntomas van más allá y llegan a hacer que el perro se caiga.
Como en los humanos, el órgano del equilibrio está en el oído, de manera que cuando se ve afectado el perro no es capaz de sostenerse de pie.
La sordera también es otra de las complicaciones de la otitis grave en los perros, algo que notamos si lo llamamos y no viene (antes siempre lo hacía) o en las reacciones bruscas cuando lo tocamos, hay un ruido muy fuerte, etc.
Diagnóstico
El diagnóstico es muy sencillo para un profesional, que tan solo con ver los síntomas que tiene el perro nada más pasar la puerta de la clínica, ya sabrá qué es lo que le ocurre.
Lo primero que hará, aunque ya sospeche que hay una otitis, es revisar el oído con el fin de comprobar si hay mal olor, si hay secreciones y de qué color son, puesto que esto lo orienta sobre el tipo de bacterias que la han provocado.
Puede tomar una muestra con el fin de mirarla al microscopio, asegurando así el diagnóstico y pautando el mejor tratamiento.
También empleará el otoscopio, pese a que lo cierto es que si el perro presenta dolor no será sencillo, aunque es posible usar anestesia local con el fin de facilitar la tarea.
Esto se hace para ver los daños que hay en el oído, con el fin de verificar hasta dónde ha llegado la infección, y en especial a la hora de asegurarse de que no haya cuerpos extraños que sean los culpables de haber producido la otitis.
En el caso de que haya algo dentro del oído, como un trozo de rama, si no se extrae los medicamentos servirán de poco, pues la otitis seguirá su curso.
Tratamiento
El tratamiento suele ser bastante sencillo y casi siempre consiste en unas gotas antibióticas de amplio espectro para los oídos, que combaten las bacterias que producen la otitis.
A su vez, el veterinario suele limpiar el oído y nos dirá cómo se hace con el fin de eliminar la cera, además de las secreciones. La razón es que aunque las gotas funcionan en oídos sucios, lo hacen mejor si el interior de la oreja está limpio.
Cuando hay dolor, lo que se nota porque el perro sacude mucho la cabeza o se rasca, también puede administrar algún medicamento para paliarlo. Casi siempre le pinchan la primera dosis, así actúa enseguida, y luego nos pueden recetar unas pastillas.
Los casos de otitis grave en perros son menos comunes, pero si tenemos la mala suerte de que nuestro perro la padece (una buena forma de evitarla es ir al veterinario ante el primer síntoma) el tratamiento suele consistir en una operación para arreglar los daños provocados por la infección.
Prevención
La otitis se puede prevenir en la mayoría de las ocasiones siguiendo una serie de pautas que son bastante sencillas.
Con la limpieza regular evitaremos una buena parte de las infecciones. Se puede hacer un par de veces por semana y solo necesitamos unas gasas y suero fisiológico, aunque también podemos comprar un producto específico.
Otra de las maneras de evitar infecciones es afeitar el pelo del interior de la oreja. Lo podemos hacer con una maquinilla para perros, con una para personas con un peine estrecho o con las tijeras, evitando así que la cera tenga lugares en los que acumularse.
Revisar las orejas cuando vengamos del exterior también ayuda bastante, ya que así veremos si hay objetos en el interior que van a provocar la otitis en perros con total seguridad.
Si vemos una rama, una hoja, etc., y no podemos sacarla iremos al veterinario de inmediato. Así, vamos a conseguir que la infección no llegue a producirse.
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Leishmaniasis en perros: síntomas, tratamiento y prevención
por Lobo Azul en mar 09 2023
Leishmaniasis es el término médico utilizado para describir a la enfermedad ocasionada por el parásito protozoario conocido como Leishmania. En perros, es una condición que puede llegar a ser mortal. También conocida como leishmaniosis, se presenta en dos formas distintas: la leishmaniasis cutánea y la leishmaniasis visceral. Diferentes especies del parásito están asociadas a cada forma del virus. Se cree que hay alrededor de 20 tipos de Leishmania que pueden transmitir la enfermedad a los distintos mamíferos, incluyendo los humanos.
Transmisión de la enfermedad leishmaniasis
La Leishmania es un parásito difásico que completa su ciclo de vida en dos huéspedes: una mosca de arena que alberga la forma de promastigoto extracelular flagelado y un mamífero en el que se desarrolla la forma del parásito amastigótico intracelular. Es decir, el parásito se encuentra inactivo mientras se encuentra en su primer huésped: la mosca de arena o flebotomo. Una vez el parásito tiene contacto con el siguiente huésped, un mamífero, se desarrolla y se reproduce volviéndose letal.La transmisión es un proceso complejo que requiere una adaptación especial entre el huésped de la mosca de la arena y la especie particular de Leishmania transmitida. Existen numerosas especies de moscas de arena, de las cuales solo una minoría puede actuar como portadores competentes del parásito. El período de incubación de la infección hasta la visualización de los síntomas va desde un mes a muchísimos años. Algunos perros pueden estar infectados con el parásito de la leishmaniosis por un extenso período de tiempo y no mostrar ningún síntoma de la enfermedad. En perros asintomáticos, el parásito puede permanecer inactivo por algún tiempo, incluso por años, antes de que un estimulante externo como podría ser el estrés o alguna enfermedad, active al parásito ocasionando que se multiplique y ataque al cuerpo donde se aloja. Eventualmente el perro podría desarrollar una infección cutánea o una reacción visceral. No obstante, en ambos casos sintomático y asintomático, los huéspedes son capaces de infectar a la mosca de arena que posteriormente infectaría a otros animales.Síntomas y tipos de leishmaniosis Cada uno de los tipos de leishmaniasis en perros, visceral o cutánea, presenta distintas características, a continuación los síntomas más comunes en casos de leishmaniasis: Leishmaniasis visceral. A veces se le menciona como leishmaniasis sistemática. Comúnmente ocurre de dos a ocho meses después de la picadura del flebotomo. Daña principalmente los órganos internos, tales como el bazo, los riñones o el hígado. Perjudica también al sistema inmunológico del animal y la médula espinal. Si no es tratada, este tipo de leishmaniasis puede ser fatal.Principales síntomas de la leishmaniasis visceral:
Pérdida del apetito.
Severa pérdida de peso como consecuencia de la falta de apetito.
Diarrea.
Heces alquitranadas.
Vómito.
Sangrado de nariz.
Intolerancia al movimiento.
Leishmaniasis cutánea. Esta puede ocasionar úlceras en la piel del perro, es la forma más común de la enfermedad. A veces no es necesario el tratamiento, sin embargo, es conveniente para agilizar el proceso de cicatrización y prevenir complicaciones. Principales síntomas de la infección de leishmaniasis cutánea:
Hiperqueratosis es el síntoma más común. Descamación epidérmica con engrosamiento de la piel, despigmentación (pérdida de color en la piel) y grietas en las almohadillas de las patas, en algunos casos puede mostrarse un crecimiento anormal en las pezuñas del canino.
Alopecia, pelo seco y quebradizo con pérdida simétrica del cabello.
Nódulos en la superficie de la piel.
Nódulos intradérmicos y úlceras.
Uñas quebradizas son normales en algunos casos.
Otros síntomas asociados a la leishmaniasis:
Linfadenopatía: enfermedad de los ganglios linfáticos con lesiones cutáneas en el 90 por ciento de los casos.
Adelgazamiento.
Señales de fallo renal: micción excesiva, sed excesiva y posibles vómitos.
Dolor de articulaciones.
Inflamación de los músculos.
Bazo inflamado en acerca de un tercio de los pacientes.
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Causas de leishmaniosis
Las mascotas, e incluso los humanos, pueden quedar expuestos al virus al viajar a regiones endémicas, zonas donde es más común encontrar a la mosca de la arena, siendo esta la forma más común de contraer la enfermedad. El parásito vive y se multiplica dentro de la hembra de las moscas de arena, este insecto es más activo en ambientes húmedos durante los meses más calientes del año. Los animales domésticos, como los perros, pueden servir de recipientes para el parásito. La leishmania es un parásito que afecta a roedores, carnívoros, marsupiales, perros y humanos. La enfermedad toma mayor gravedad cuando el huésped es de raza humana o en perros, se caracteriza con lesiones cutáneas o deteriorando los órganos internos, sobre todo los de la zona abdominal.¿En qué lugares está más frecuente encontrar leishmaniasis? Geográficamente esta enfermedad es encontrada en cualquier lugar del mundo, excepto Australia y la Antártica, aun así, el 95 por ciento de los casos ocurre en los siguientes lugares:
América
Asia Central
La cuenca del Mediterráneo
El Medio Oriente
En 2015 cerca del 90 por ciento de los casos sucedieron en los siguientes países:
Brasil
Etiopía
India
Kenia
Somalia
Sudán
Portugal y España son de los lugares más comunes para encontrar este parásito. Sin embargo, ha habido casos esporádicos en Suiza, el norte de Francia y los Países Bajos. También zonas endémicas de sur y centro América, y el sur de México.
Diagnóstico de la infección por leishmaniasis
Es importante tener en cuenta los lugares que fueron visitados, de esta forma el veterinario sabrá qué buscar a la hora de realizar exámenes físicos o sanguíneos, también será más fácil a la hora de descartar posibles enfermedades.Diagnóstico de leishmaniasis cutánea El veterinario deberá tomar una pequeña muestra de la piel para realizar una biopsia al tejido, esta se toma raspando la superficie de la úlcera. Normalmente se busca el ADN o material genético del parásito, existen variedades de métodos para identificar qué tipo de parásito es. Una vez diagnosticado e iniciado el tratamiento el perro tiene grandes posibilidades de sobrevivir con pocos o sin ningún efecto secundario.
Diagnóstico leishmaniasis visceral
A los humanos les es difícil recordar en qué momento fueron picados por algún mosquito, se dificulta incluso más cuando el afectado es un perro, esto puede hacer difícil la detección temprana de la infección. Saber a qué estuvo expuesta la mascota puede ser de mucha ayuda. Al sospecharse la presencia de la infección por leishmaniosis visceral, el doctor deberá examinar los órganos internos en busca de lesiones o inflamación, prestando más atención a los riñones, hígado y bazo, pues estos son los principales órganos afectados en la mayoría de los casos.Complicaciones de la leishmaniosis La leishmaniasis cutánea puede incluir:
Sangrado.
Otras infecciones debido a la debilidad del sistema inmunológico.
A largo plazo las cicatrices de las úlceras pueden derivar en desfiguramiento, el tratamiento puede reducir su gravedad.
En tanto, la leishmaniosis visceral suele tener efectos fatales ya que debilita tanto los órganos internos como el sistema inmune. La leishmaniosis visceral resulta fatal debido a su silencioso esparcimiento en el organismo, después de dos años, si no es tratada apropiadamente, resulta irreparable.Tratamiento contra la leishmaniosis En cuanto al tratamiento para combatir la leishmaniosis, este consiste principalmente en dos fármacos:
El antimoniato de meglumina, un antiprotozoario cuyo efecto es inhibir las enzimas glicolíticas del parásito
El allopurinol, cuyo fin es reducir la producción de ácido úrico en el cuerpo.
La mejor forma de administrar el antimoniato de meglumina es hacerlo en dos dosis diarias de 50 mg/kg o una vez al día con una dosis de 100 mg/kg. El tratamiento abitualmente se alarga unas 4 semanas, sin embargo, si los síntomas no desaparecen por completo, el tratamiento puede prolongarse por un par de semanas más.En cuanto al allopurinol, el tratamiento podría abarcar de los seis a los doses meses, se administran 10 mg/kg dos veces al día. Una dieta equilibrada puede ser prescrita por el veterinario, sin embargo, esta puede variar dependiendo del animal. Una dieta rica en antioxidantes y proteínas con bajo contenido en ácido úrico es lo más recomendado para que el can pueda recuperar su fuerza física, masa muscular y capacidades motoras.
Leishmaniasis cutánea
Las úlceras formadas por la leishmaniasis usualmente no requieren ningún tratamiento, estas sanan solas. Igualmente, el tratamiento puede ayudar a acelerar la cicatrización y reduce el riesgo de complicaciones, asimismo, las úlceras pueden causar desfiguramiento en el huésped de la infección, dependiendo de su gravedad, estas lesiones podrían requerir cirugía plástica.Leishmaniasis visceral La leishmaniasis visceral siempre requerirá tratamiento. Varios medicamentos están disponibles. Los medicamentos comúnmente usados incluyen estibogluconato de sodio, anfotericina B, paromomicina y miltefosina.
¿Cómo podemos prevenir la leishmaniasis?
No existe una vacuna o una medicina que ayude a prevenir el contacto con el parásito de la Leishmania. La forma más segura de no contraer esta infección es evitar la picadura de la mosca de la arena.Algunas de las medidas preventivas que pueden tomarse son:
Los perros deben someterse periódicamente a controles clínicos y de laboratorio para detectar tempranamente la infección.
Cada perro (sano, infectado o enfermo) debe estar protegido con piretroides (los cuales contienen las pipetas antiparasitarias) para reducir el contacto con las moscas de la arena.
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Rabia en Perros – Descubre qué es, que síntomas tiene y su tratamiento
por Lobo Azul en may 05 2022
De entre todas las enfermedades que pueden tener nuestros perros, la rabia es una de las más conocidas, ya que hay textos de hace siglos que la nombran y la describen muy bien, al haber convivido los humanos con ella padeciéndola y muriendo cuando eran contagiados.
Por suerte está extinta en la España peninsular, y solo se dan casos esporádicos en Ceuta y Melilla, razón por la cual se sigue vacunando a los perros con una frecuencia que depende de cada comunidad autónoma, aunque en los últimos años son más estrictas por los casos que se dan en estas dos ciudades autónomas.
¿Cómo se contagia?
Se trata de una enfermedad vírica presente en los mamíferos, como los perros, los gatos con menor frecuencia, los zorros o los murciélagos.
El medio de contagio es la saliva, por lo que la forma más frecuente de que pase de un animal a otro o incluso a los humanos, ya que se trata de una zoonosis, es la mordedura.
Cuando un animal muerde a otro o a una persona, el virus que está en su saliva pasa a la sangre y comienza su periodo de incubación, pero a veces no hace falta ni siquiera una mordedura.
Aunque es menos frecuente, se sabe que también se puede contagiar si un animal infectado lame a otro en una mucosa o en una zona en la que tenga una herida.
No es nada habitual, ya que los murciélagos estén en contacto con nuestros perros, pero este mamífero es un reservorio de la enfermedad y es posible un contagio sin mordedura, solo por el contacto con su orina o sus heces.
¿Cuáles son los síntomas de la rabia?
Esta enfermedad presenta una sintomatología muy amplia, tanto que en muchas ocasiones se puede confundir con problemas neurológicos que no tienen nada que ver con ella.
Ante la mínima sospecha, lo mejor es acudir al veterinario, cuyo ojo experto y las pruebas (si las considera necesarias) nos dirán si nuestra mascota tiene rabia u otro problema de salud.
Agresividad
Uno de los más conocidos es la irritabilidad y la agresividad. De repente, un animal que nunca ha dado problemas comienza a actuar de una manera extraña, mostrándose agresivo con nosotros, con los extraños y con otros animales.
Ese cambio de comportamiento nos debe hacer sospechar, y aunque no significa que el animal tenga la rabia, lo mejor es ir a una clínica veterinaria, pues indica que ocurre algo que está afectando a la salud de nuestro perro y que requiere de atención inmediata.
Salivación excesiva
La salivación es otro de esos síntomas que asociamos con la rabia, puesto que en todas las representaciones antiguas se muestra a los perros rabiosos con la boca llena de babas, que caen de manera abundante.
Esta hipersalivación es debida a que una de las partes del organismo que ataca este virus son las glándulas salivales del animal, algo que le ayuda a expandirse, ya que se extiende mediante la saliva contaminada.
Fobia a la luz y al agua
Una aversión o fobia a la luz no se asocia tanto con la rabia, pero otro de los síntomas que se conoce desde antiguo es la fobia al agua.
Los perros no suelen tener problemas con el agua, pero cuando tienen rabia no quieren acercarse a ella, huyendo o poniéndose agresivos si intentamos mojarlos. Del mismo modo, la luz les molesta mucho y tienen a esconderse de ella.
Otros síntomas menos conocidos
También hay otra sintomatología que los especialistas conocen bien, pero que los que no tenemos nociones sobre salud animal no asociamos con la enfermedad.
Algunos de ellos son la fiebre, la parálisis del rostro y la parálisis general, la cual suele aparecer en el momento final cuando el perro está a punto de morir por este virus.
Fases de la rabia en perros
Desde el momento un animal infectado muerde al perro, la rabia comienza a desarrollarse siguiendo una serie de fases que están muy bien estudiadas debido a todo el tiempo que llevamos conviviendo con la enfermedad.
Las fases se pueden presentar de manera más o menos rápida, pero al final el animal pasará por todas si no ponemos remedio antes, lo cual es imposible en perros callejeros, que son los que realmente nos deben de preocupar, pues no hay nadie que se preocupe por ellos
Incubación
Cuando un animal infectado muerde a un perro, le transmite la enfermedad (si no está inmunizado mediante la vacuna), pero esta no se manifiesta de manera inmediata, sino que pasa por un periodo de incubación.
El perro ya está infectado, pero asintomático durante un tiempo que va desde una semana a varios meses.
Parece que este periodo varía dependiendo de la zona de la mordedura, de manera que cuanto más cerca esté del cerebro, más corta es la incubación.
Es imposible saber que el perro tiene la rabia en este momento, a no ser que veamos al animal que se la ha transmitido y sospechemos que esté infectado por su comportamiento o porque salive en exceso.
Prodrómica
En esta segunda fase ya comienzan a aparecer los primeros síntomas, los cuales no se suelen asociar con la rabia, puesto que el perro se muestra cansado y asustado. También puede presentar nerviosismo.
No hay agresividad y en este momento no representa apenas peligro ni para los humanos ni para otros animales, pero la rabia está ahí y no va a parar de avanzar.
Agresividad
Pasados de dos a diez días de la fase anterior comienza el riesgo, los momentos en los que un perro con rabia es un peligro para aquel que esté a su alrededor sin importar si es animal o humano.
Aquí es cuando se presentan los síntomas que se asocian a la rabia, como la agresividad y la salivación excesiva, con retraimiento de los labios por un espasmo que hace que los dientes se vean muy bien, lo que intensifica la sensación de peligro.
Intentará morder a otros animales, a las personas e incluso a sus propios dueños si no toman precauciones y lo mejor es encerrarlo mientras vienen los veterinarios.
Parálisis
Llegamos al final de la enfermedad, cuando la garganta y la mandíbula se paralizan. Poco a poco, el perro pierde el control del movimiento y colapsa, quedando paralizado e incluso entrando en coma hasta que al final muere, lo cual puede llevar varios días.
Diagnóstico
Hay dos maneras de hacer el diagnóstico. Con la más antigua había que esperar al que el perro muriera y tomar una muestra de los tejidos cerebrales, en los cuales se puede ver el virus.
Ahora también se usa si el animal ha fallecido y se cree que la causa ha sido la rabia, puesto que es la prueba más sencilla y la que menos riesgo tiene.
Si el perro está vivo, el veterinario puede hacer un análisis de sangre para saber si los síntomas se deben a una enfermedad neurológica o el perro tiene la rabia, gracias a la reacción en cadena de la polimerasa.
Tratamiento de la rabia en perros
No existe ningún tratamiento para la rabia en los perros. Se trata de una enfermedad mortal contra la que no podemos hacer nada más que avisar a las autoridades, pues las leyes nos obligan a ello.
Viendo lo que ocurre conforme avanzan las fases de la enfermedad, lo mejor para el animal es sacrificarlo, pues de lo contrario lo único que conseguiremos es que padezca un terrible sufrimiento.
Además, no hay que olvidar que nos puede transmitir la enfermedad si no actuamos con rapidez, la cual también es muy grave en humanos y ocasiona la muerte si no se trata a tiempo.
Aunque es duro pensar que no podemos hacer nada por nuestra mascota, la rabia lo convierte en un peligro y si no le aplicamos la eutanasia al final morirá igual sufriendo de manera innecesaria, paralizado y por asfixia.
Prevención de la rabia en perros
Por suerte, prevenir la rabia en los perros es muy sencillo y lo único que tenemos que hacer es seguir el calendario de vacunación de nuestra comunidad autónoma.
Es importante saber cuándo hay que vacunar al animal, pues no se trata de una inyección opcional, sino que es obligatoria de cara a que esta terrible enfermedad siga erradicada en nuestro país.
A veces, este calendario es un poco lioso, porque en los últimos años ha cambiado unas cuantas ocasiones, llegando algunas comunidades a eliminar la obligatoriedad de la vacuna o poniéndola cada dos años.
Ahora el calendario es más estricto e incluso hay que vacunar a los cachorros, por lo que la mejor manera de estar al día con las vacunas es preguntar a nuestro veterinario de confianza, el cual está al tanto de todos los cambios legislativos.
Debido a lo importante que es la vacunación de la rabia, en todos los municipios españoles se llevan a cabo campañas, por lo que los vecinos no tienen que salir de sus pueblos con el fin de vacunar a sus perros, ya que son los veterinarios los que se desplazan para poner las inyecciones.
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Torsión gástrica en perros: causas, síntomas y recomendaciones
por Lobo Azul en feb 15 2022
Nuestras mascotas forman parte importante de la familia y por eso tratamos de velar siempre por su bienestar. Cuidamos de su alimentación, higiene, enfermedades y, en general, de todos los aspectos que les permitan mantener una vida sana. Para contribuir con el cuidado que le das a tu mascota, hoy hablaremos de la torsión gástrica en perros: sus causas, sus síntomas y algunas recomendaciones, ya que es una enfermedad que puede ser potencialmente mortal si no se atiende de forma inmediata. Siempre es importante ofrecer una buena alimentación, en este caso recomendable usar piensos con mucha digestibilidad de gama Super Premium, al ser más digestible la ración diaria será inferior y estará mejor alimentado, en razas muy propensas o que tienen esta patología se recomienda darles la ración diaria dividida en dos tomas, en piensos Lobo Azul tenemos disponible el Pienso Super Premium De Cordero que da muy buenos resultados en perros con estómagos delicados.
¿Qué es la torsión gástrica?
La torsión gástrica, cuyo nombre completo es síndrome de dilatación-torsión gástrica, es una enfermedad aguda que se presenta en muchos grupos de animales, incluyendo el hombre. En los perros, las razas más propensas a sufrir la torsión gástrica son las grandes, de pecho profundo, tipo bóxer, gran danés, pastor alemán, schnauzer gigante, dóberman, bulldog, dálmata, entre otros, aunque las razas más pequeñas también pueden sufrirla si no se les proporciona una nutrición adecuada.
¿Qué ocurre durante la torsión gástrica en perros?
La torsión gástrica en perros se produce por la acumulación de gases en el estómago y la incapacidad de los propios mecanismos fisiológicos del cuerpo para vaciarlos. Esta acumulación provoca la dilatación de las paredes del estómago y su rotación o torsión sobre su eje longitudinal, provocando a su vez el estrangulamiento de las venas y las arterias que lo irrigan, el shock hipovolémico –o reducción de la cantidad de sangre circulando por el cuerpo‒ y la isquemia severa ‒o disminución del riego sanguíneo‒ de las paredes del estómago. En ocasiones, también puede ocurrir torsión más o menos pronunciada del bazo por la presión ejercida por el estómago y también torsión o estrangulamiento del intestino, lo que se conoce como vólvulo. Todo el cuadro de dificultad en la irrigación sanguínea, más la acumulación de sustancias mediadoras de la inflamación, le provocan al perro arritmias cardíacas y una intoxicación severa. Además de la incapacidad para vaciar el estómago por la torsión que sufre.
Causas de la torsión gástrica en perros: algunas hipótesis
No se conocen con exactitud las causas que provocan la torsión gástrica en perros. Una de las hipótesis propuestas es la incapacidad de los ligamentos que soportan el estómago para sujetarlo adecuadamente debido a la gran dilatación que sufre por la acumulación de gases. Sin embargo, se cree que también puede estar relacionada con alguna anormalidad en los movimientos del estómago e, incluso, que tenga algún componente hereditario. Su aparición se ha asociado a ingestas copiosas de alimentos de una sola vez, así como con comer muy rápido, beber gran cantidad de agua y comer inmediatamente antes o después de la realización de ejercicio físico. También se ha mencionado el desarrollo de situaciones estresantes para el perro durante el momento de su comida.
Síntomas de la torsión gástrica en perros
Síntomas iniciales
El primer síntoma que puede evidenciarse es la inflamación o hinchazón del estómago, lo que debe llamar tu atención y ser motivo de observación cuidadosa del perro, pues puede avanzar rápidamente hasta que se produce la torsión gástrica. Ante estos primeros síntomas, es importante tomar las precauciones del caso, que pueden incluir la visita al veterinario, pues la detección temprana será la que permita el tratamiento adecuado y oportuno que puede salvar la vida de tu perro.
Síntomas asociados
Además de la inflamación o hinchazón, tu perro puede comenzar a presentar otros síntomas asociados al proceso interno que se le está desarrollando:
Produce muchos gases o eructos.
Se muestra inquieto y se queja.
Sufre de espasmos abdominales que le provocan náuseas y ganas de vomitar, pero no es capaz de hacerlo; bota saliva espumosa.
La cavidad abdominal suena como un tambor si se golpea suavemente sobre ella.
Puede presentar dificultad para respirar.
Verás que pasa algo porque estará deprimido, débil y sin apetito.
Tratamiento de la torsión gástrica de perros
Tratamiento inicial
El principal tratamiento es la atención inmediata de tu perro por parte del veterinario quien procederá con el diagnóstico, para el cual puede ayudarse con una radiografía que le permitirá ver cuán distendido está el estómago. A la mayor brevedad posible, debe estabilizarlo a través del suministro de líquidos y antibióticos intravenosos y, de ser posible, al vaciado del estómago para reducir la presión. Una vez que se logre la estabilización del estado general del perro y dependiendo de la gravedad que haya alcanzado la torsión, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para devolver el estómago y el bazo a su posición natural y eliminar las partes de intestino que hayan sufrido necrosis. En ocasiones, el estómago debe ser conectado directamente al colon para evitar futuros episodios de torsión y se debe fijar a la pared costal para evitar el riesgo de una futura torsión.
Tratamiento postoperatorio
Además de todos los cuidados que deben seguirse en el tratamiento de emergencia y la posible intervención quirúrgica, debes tener especial cuidado con el tratamiento posterior debido a los riesgos de infección que pueden presentarse que puedan derivar en una peritonitis. Sin embargo, una de las mayores complicaciones postoperatorias puede presentarse por el reinicio de la irrigación sanguínea en los tejidos afectados. Cuando se restablece la circulación sanguínea normal, pueden producirse arritmias cardíacas que deben ser tratadas con los fármacos indicados.
Recomendaciones
Para evitar que tu perro pueda sufrir una torsión gástrica, la principal recomendación es controlar la cantidad de alimento que consume en cada comida. Es preferible que le fracciones las comidas y establecerle un horario más o menos fijo para que las realice. También se recomienda controlar la ingesta de agua después de cada comida y evitar el ejercicio una hora antes y, al menos, tres horas después de comer. Ayúdalo también manteniendo un ambiente relajado para el momento en el que coma. Recuerda que estas medidas preventivas no necesariamente evitarán que tu perro pueda sufrir torsión gástrica, por lo que siempre debes estar atento a su condición y acudir inmediatamente al veterinario en caso de cualquier sospecha. [embed]https://www.youtube.com/watch?v=KaxbF4u-JRg[/embed]
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