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Mastitis en perros

Mastitis en perros

Lobo Azul |

La mastitis en perros es una enfermedad que se localiza en las glándulas mamarias de las hembras, casi siempre cuando están criando a los cachorros, pero a veces incluso si hay un embarazo psicológico, algo que es más común de lo que pensamos.

Causas

Una mastitis canina no es más que una inflamación de las mamas de las hembras, la cual puede ir acompañada de infección o no, ya que a veces solo hay hinchazón.

Entre las causas más usuales está la forma en la que los cachorros obtienen la leche materna, en especial cuando van siendo un poco mayores y suben de peso. Entonces presionan fuerte las mamas con las patas y las uñas, provocando pequeñas lesiones.

Esto se suele combinar con una bajada de las defensas de la madre, lo que facilita que se produzca la inflamación y la infección, que de otro modo no ocurriría.

En otras ocasiones no es necesario que haya cachorros mamando, puesto que a veces la mastitis aparece en los embarazos psicológicos. La perra no está preñada, pero ella cree que sí y el cuerpo actúa en consecuencia.

De hecho, a pesar de que en realidad no hay embarazo, las mamas se hinchan y se ponen duras, lo que a veces deriva en una mastitis.

Cómo saber si mi perra tiene mastitis

El diagnóstico lo debe hacer un veterinario, pero nosotros debemos estar atentos a nuestra perra si tiene cachorros, revisándole las mamas con regularidad con el fin de ver si las notamos muy calientes, duras o hinchadas.

Además, en el caso de que nuestra perra cambie de comportamiento, también es lo primero que debemos mirar, por si acaso tuviese un embarazo psicológico que haya derivado en una mastitis.

Si está criando, no solo apreciaremos la mastitis en nuestra perra, sino que los cachorros también nos pueden poner en alerta, por ejemplo, si notamos que estos dejan de aumentar de peso.

De todas maneras, una visita a nuestro veterinario de confianza nos aportará un diagnóstico certero con el fin de actuar en consecuencia, lo cual siempre comienza por retirar a los cachorros, pues de lo contrario el problema solo irá a más y se agravará.

Este profesional puede hacer diferentes pruebas, pero a veces le basta con una exploración física y con tomar la temperatura a la perra. Con el fin de asegurarse puede analizar las secreciones mamarias si las hay o realizar un cultivo de la leche.

Síntomas

Hay varios síntomas que son comunes a todas las perras con mastitis, aunque es cierto que a veces no es fácil asociarlos con esta patología si no hacemos una exploración, puesto que algunos como la fatiga se asocian a la crianza, sobre todo si hay muchos cachorros

Así, con la mastitis lo primero que notamos es que la perra está muy cansada y fatigada, moviéndose menos de lo normal o haciéndolo muy despacio. No debemos pensar en que es cosa de la lactancia, sobre todo si además ha perdido el apetito.

Si a pesar de tener varios cachorros mamando no come, lo mejor es comenzar la exploración cuanto antes.

¿Qué notamos en las mamas de una perra con mastitis?

Ya con esta enfermedad en mente, vamos a explorar las mamas y es posible que veamos otros síntomas muy claros, como las tetas muy inflamadas y duras, las cuales le llegan a doler si las exploramos y las tocamos.

En este punto es común que la madre evite dar de mamar a los cachorros, ya que le provocan un dolor bastante fuerte que ya no soporta.

A su vez, es probable que la zona de alrededor de las mamas esté roja e irritada o que incluso tenga algunos bultos o protuberancias.

Otros síntomas, de los más claros, son las secreciones hemorrágicas con pus, quizá lo que más nos alerta, pues todos sabemos que la leche no es ni de color rojo ni verde.

También puede tener vómitos, diarrea y fiebre, aunque desde luego las señales más evidentes son las que apreciamos en la zona de las mamas.

Los cachorros también padecen algunos síntomas

Aunque los cachorros no se contagian de la mastitis, ni siquiera cuando cursa como una infección, sí que presentan síntomas que también nos indican que la madre puede padecer este problema.

De repente, notamos que no están cogiendo peso como deberían. De hecho, incluso llegan a adelgazar porque no maman bastante, pues la madre se lo impide.

Su actividad también baja. Los antes inquietos cachorros que no paraban de moverse ahora están débiles y se quejan todo el día, como si tuviesen hambre.

Por si fuera poco, pueden tener diarreas y vomitar, además de perder el pelo por falta de nutrientes al no ingerir toda la leche que necesitan.

Tratamiento

En un principio, y si se coge a tiempo, la mastitis no es una enfermedad grave, pero puede ir a más en el caso de que nos pase desapercibida.

El tratamiento comienza con un antibiótico de amplio espectro como la amoxicilina durante unas dos o tres semanas. Pasado ese tiempo, si la mastitis no ha desaparecido o remitido casi en su totalidad, es necesario hacer un cultivo.

Con esto se ve cuál es la bacteria específica que está provocando la mastitis y se puede recetar el mejor antibiótico para eliminarla.

Además, el veterinario le pinchará a la hembra un antiinflamatorio con el fin de que le quite el dolor lo antes posible y baje la hinchazón, que acompañará con una receta para que le demos comprimidos en casa durante unos días.

Otro de los tratamientos consiste en sacarle la leche que está retenida y si hay heridas en la zona de las mamas, se le puede aplicar algún tratamiento (incluso uno natural) con la idea de que mejore cuanto antes.

Existen casos graves en los que la perra tiene que pasar por el quirófano, pues hay que drenar todo el pus acumulado en las glándulas mamarias y puede ser que la mastectomía sea una buena decisión.

Para finalizar con el tratamiento, en un primer momento es probable que el veterinario le administre a la perra un suero intravenoso con algunas vitaminas o incluso glucosa, sobre todo si tiene fiebre o la ve muy débil.

Prevención

Ya conocemos los síntomas y el tratamiento, pero lo más importante es la prevención de la mastitis en perros, pues los cachorros tienen que mamar y nada mejor que lo hagan con su madre, ingiriendo leche natural.

Comenzaremos con la higiene de las mamas. Una o dos veces al día procederemos a limpiarlas con agua y una gasa estéril, algo que no afectará a los cachorros, pues no percibirán ningún sabor extraño.

Esto nos permitirá notar enseguida si las mamas están cambiando o hay algún problema que conduzca a una mastitis.

Los cachorros también forman parte de la prevención, así que con el mismo procedimiento les vamos a limpiar las patas eliminando la suciedad y las heces, que no queremos que terminen en las mamas de la madre.

Por último, cuando los cachorros estén mamando hay que ver si lo hacen de todas las tetas. Si se dejan una cogeremos a uno de los cachorros y lo pondremos a mamar ahí, pues es fundamental que todas las mamas “trabajen” y permitan que salga leche a través de ellas para no provocar retenciones.

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