A la mayoría de las personas les encanta tener un perro como mascota. Sin embargo, es importante ser consciente de la responsabilidad que implica tener un canino en casa. Debes alimentarlo, cuidarlo, darle amor, atención, entrenarlo y educarlo. También es relevante destacar que hay casos en los que no es tan fácil educar a un perro y que puede tener
comportamientos o conductas extrañas. Pero no debes desesperarte si es tu caso. La buena noticia es que no tienes que estar solo en ese proceso. Te contamos que existen
médicos especialistas en las conductas de los perros. Esta rama de la
biología conductual se denomina
etología canina. Un etólogo es un especialista veterinario que trata el comportamiento, comunicación y necesidades de los perros.
Origen de la etología
El significado de esta ciencia es literalmente “
Ciencia de la costumbre” y, como todas las ciencias, también tiene un origen. La etología es una
rama de la psicología experimental que analiza el
comportamiento de los animales en su entorno natural, a diferencia de la conductual, que centra sus estudios en laboratorios o medios artificiales.
A comienzos del siglo XX se originó la psicología comparada, que estudiaba la conducta y capacidades psicológicas de los animales. Pero fue en el año 1973 cuando la etología se comenzó a considerar como una ciencia propiamente dicha, gracias a los estudios sobre las conductas de los animales llevados a cabo por los científicos y brillantes etólogos Karl R. von Frisch, Konrad Lorenz, y Nikolaas Tinbergen. Investigación que a su vez los hizo acreedores de un
Premio Nobel. A partir de ahí, la psicología comparada pasó a formar parte integrante de esta nueva ciencia. También en Europa se desarrolló la investigación del comportamiento animal resaltando los estudios de campo y las conductas instintivas y, en los Estados Unidos, se llevó a cabo la
investigación sobre el comportamiento animal, en esta ocasión en medios controlados. Este estudio se centró en las conductas aprendidas. De allí nació el conductismo. Ya anteriormente, en 1951,
Niko Tinbergen había publicado uno de sus estudios conocido como “
The Study of Instinct (El estudio del instinto)”, en el que planteó los cuatro interrogantes sobre las que se basa esta ciencia:
las causas,
el desarrollo u ontogenético,
la evolución y
el filogenético. En ese mismo estudio muestra la distinción entre la psicología comparada y la etología.
Bases de la etología
Existen interrogantes que se plantean los etólogos para analizar los distintos comportamientos de los animales, estos son:
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Causas: un profesional etólogo intenta descartar la causa directa que genera el comportamiento del animal, y pueden ser causas internas o externas.
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Desarrollo sostenible: se intenta analizar el comportamiento del animal ocasionado por situaciones anteriores.
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Evolución: con este interrogante se intenta dar respuesta acerca de los beneficios que representa para un animal cierto comportamiento y qué ventajas evolutivas implica para que lo adopte.
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Filogenético: en este aspecto se busca descubrir en qué momento aparecieron ciertos comportamientos, partiendo de la historia evolutiva del animal y de su especie.
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Comportamientos aprendidos e innatos: esta ciencia también se ocupa de abordar el problema acerca de la base del comportamiento, si es meramente genético o proviene de conductas aprendidas. Aunque existen opiniones encontradas al respecto por parte de etólogos y científicos, finalmente llegaron a la conclusión de que independientemente del origen, el comportamiento puede estar motivado por ambas razones “requiere aprendizaje o un conocimiento innato para su correcto desarrollo”.
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La conciencia en los animales: los científicos expertos en la materia sostienen que los animales poseen altos niveles de conciencia, por lo que esta ciencia se ha ocupado de la demostración de su existencia.
Cuándo acudir a un etólogo
En ocasiones, los seres humanos solemos cometer el error de creer que esos queridos amiguitos de cuatro patas sienten, piensan y razonan como un ser humano y, por ende, no prestamos la atención necesaria para entender lo que realmente quieren. Por ello, cuando tu perro lo necesite, es recomendable buscar la ayuda de un especialista que te oriente para entender lo que realmente quiere decir tu fiel amigo.
Las razones por las que
un perro manifiesta comportamientos problemáticos son variadas. Por lo general, se originan por una mala educación, la carencia de socialización o métodos equivocados de castigo que incluyen la agresión. Por estas causas un perro puede adoptar comportamientos inadecuados como miedo, problemas con los demás perros, fobias, trastornos alimenticios, hiperactividad, ansiedad, estrés y hasta agresividad. Sin embargo, es posible que existan casos en los que
estas conductas pueden manifestarse por problemas mentales naturales. En cualquiera de estas situaciones debes acudir a solicitar la ayuda de un etólogo. El especialista hará un diagnóstico del comportamiento del perro para descartar las posibles causas y prescribir el tratamiento adecuado. Un aspecto importante que debes tener en cuenta es que el especialista debe trabajar personalmente con el perro y, por lo general, en su entorno natural, que en el caso de los caninos domésticos es el hogar en el que viven. Este es el único modo para diagnosticar correctamente al animal. Por ello, debes estar atento y no dejarte engañar por cualquiera que te ofrezca sus servicios a distancia. Por otro lado, es importante recalcar que ciertas situaciones de mal comportamiento se pueden evitar si educas de forma adecuada a tu mascota y le proporcionas la atención y cuidados necesarios.
Cómo seleccionar a un buen etólogo
Si deseas que tu canino aprenda a convivir ordenada y equilibradamente, tanto con seres humanos como con otros animales, entonces debes conocer
la importancia de la etología clínica y su necesidad en un entorno donde coexisten personas y animales. Siempre debes estar atento a ciertos aspectos en el momento de elegir un
profesional de la etología para que trate a tu amado y fiel amigo. Por ejemplo, que cuente con un título válido en el lugar donde ejerce la profesión, no debe cobrarte anticipadamente por el tratamiento, normalmente te ofrecen un presupuesto de acuerdo al caso clínico del perro; y, muy importante, debes indagar sobre la
praxis que utiliza para el diagnóstico y cura. En ningún caso debe utilizar alguna forma de agresión, castigo o tortura hacia el indefenso animal.
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