En la televisión y en el cine vemos un truco que nos hace mucha gracia, que consiste en que un perro se haga el muerto, para lo cual se tumba panza arriba cuando se lo dice su amo.
A veces, esta orden se acompaña de la simulación de un disparo con la mano, lo que lo hace aún más gracioso y esto es algo que podemos conseguir con nuestro perro.
Empezamos enseñándole a tumbarse
Lo primero que necesitamos con el fin de que un perro se haga el muerto es que sepa tumbarse y que se mantenga quieto en esa posición, por lo que hay que enseñarle la orden.
Si sabe sentarse será más fácil, así que primero le decimos que se siente y luego le damos la instrucción de que se tumbe, algo que vamos a acompañar de una golosina, lo que se conoce como refuerzo positivo.
Al principio le costará, pero tras unos días conseguiremos que se tumbe cada vez que le damos la orden e incluso es posible ir retirando las golosinas y cambiarlas por caricias o por halagos.
Podemos pedirle que se siente y luego que se vaya al suelo, o hacer que se ponga en el pavimento directamente, lo que veamos que nos da mejor resultado.
Lo siguiente es conseguir que esté quieto unos segundos
Tenemos que ir poco a poco, de manera que el siguiente paso es que mantenga la posición de tumbado, lo que se conoce como “quieto” que es lo que le debemos decir para que nos haga caso.
De nuevo, recurriremos a las golosinas y le daremos una cada vez que aguante, sin moverse durante algunos segundos, con la finalidad de que relacione estarse quieto con su recompensa.
Como ya sabe tumbarse, conseguir que no se mueva debería costarnos menos tiempo que enseñarle a sentarse o cualquier otro comando similar.
Ahora hay que trabajar el giro
Ya nos queda menos y ahora llega una de las partes más importantes, conseguir que el perro gire en un movimiento que no es de lo más natural para ellos.
Diciéndole quieto, le ponemos una golosina en la zona de la nariz y la vamos moviendo hacia los lados, con el objetivo de que nuestro perro haga el giro por sí mismo sin levantarse.
Las primeras veces no lo hará (se levantará), pero se va a dar cuenta de que entonces no hay recompensa alguna y que sí la recibirá si se gira en el suelo, que es cuando le damos el premio.
Puede haber animales que no consigan rotar por sí mismos y a estos les ayudaremos empujándolos de forma suave hasta ponerlos panza arriba, aunque no vamos a lograr que adopte esta postura a la primera.
Debemos pensar que se trata de una posición que en el comportamiento del perro muestra sumisión, pues expone sus partes blandas “al enemigo” en señal de que no quiere pelear y eso lo complica un todo.
Poco a poco le obligamos a girar más
Hay que ir reforzando el giro hasta que le vamos exigiendo más, dándole solo la golosina cuando va rotando más y más y se queda panza arriba.
En ese momento es cuando le vamos a dar su chuchería favorita, para que haga la asociación que costará más o menos dependiendo de la edad del perro y de la raza, pues hay algunas que son más inteligentes que otras.
Además, también va a depender del tamaño del perro, porque en las razas gigantes como el mastín es mejor que no lo intentemos debido a que se puede terminar haciendo daño por el peso que tiene.
Cuando el giro es completo le enseñamos la orden
Un último paso consiste en fijar el comando, de modo que en el momento que lo digamos nuestro perro haga toda la secuencia que le hemos enseñado sin necesidad de que le demos una chuchería o algo de comer.
Se hace empleando la comida, que es lo que les pierde. Así, cuando ya estén panza arriba, le decimos la palabra que hará que se haga el muerto y la reforzamos con el premio.
Como los perros aprenden por repetición, habrá que ir haciéndolo varias veces, sin cansarlo, hasta que lo relacione bien y ya sepa qué hacer cuando le decimos esa palabra en concreto, que podemos acompañar de un gesto.
El gesto puede ser cualquiera, pero el de la pistola queda bien, en especial si le agregamos un “pum-pum” que será la orden que le diga a nuestra mascota que se tiene que hacer el muerto.
Hay que elegir un lugar tranquilo y sin distracciones
Conseguir que un perro se haga el muerto es complejo, pues tiene que dominar unas cuantas órdenes por separado, para luego lograr juntarlas todas.
Por eso, si queremos lograr resultados, lo mejor es practicar en un sitio muy tranquilo, como una habitación de casa en la que no se escuchen ruidos y por la que no pase nadie durante los cinco diez minutos que estaremos cada día.
También sirve una zona del parque apartada o incluso el campo si por allí no hay tráfico ni animales salvajes sueltos, pues así lograremos que nuestro mejor amigo se centre en su adiestramiento.
No hay que olvidar que además de darle comida hay que conseguir que el perro se tome sus ejercicios a modo de un juego, así que siempre hay que mantener la calma, usar palabras suaves y mostrar tranquilidad.
Podemos recompensarlo aún más si al terminar nos vamos de paseo o nos ponemos a jugar con él, para que sepa que después de obedecernos viene algo bueno.
Otras curiosidades que te pueden interesar: