La otitis en perros es una enfermedad bastante común. Se puede dar en cualquier perro a lo largo de su vida, aunque lo cierto es que hay algunas razas más propensas que otras y las condiciones ambientales también influyen bastante.
Causas de la otitis en los perros
Hay varias causas que pueden provocar esta inflamación en el oído de los perros, comenzando porque el animal produzca mucha cera o tenga demasiado pelo dentro de las orejas (una combinación de ambas igualmente produce otitis).
También se da si se introduce un objeto extraño, lo cual es usual en los perros que salen al campo a menudo, aunque puede producirse de igual modo si usamos bastoncitos de algodón a la hora de limpiarle los oídos.
Los ácaros son otros de los culpables, así como las reacciones alérgicas. Una otitis en perros también puede desarrollarse por tumores en el oído, por los cambios hormonales o porque el animal produzca mucha queratina.
Incluso la raza puede predisponer a que un perro tenga otitis, como es el caso de las que tienen las orejas grandes y caídas, del tipo de los cocker, los basset y los sabuesos en general.
Por último, un ambiente húmedo ayuda mucho a que los perros padezcan esta infección de vez en cuando, lo que no ocurre tan a menudo si viven en climas secos.
Como saber si mi perro tiene otitis
No hay mejor forma de saber si un perro tiene otitis que yendo al veterinario, aunque vamos a ver que el animal se comporta de una manera extraña, como si tuviese dolor por la zona superior de la cabeza.
Síntomas
Aunque hemos de ir al veterinario, el cual hará el diagnóstico mediante una serie de pruebas muy sencillas, lo cierto es que la otitis en perros es algo muy fácil de detectar debido a que tiene unos síntomas característicos.
El perro camina con la cabeza ladeada
Uno de los signos más característicos es que el animal comienza a caminar con la cabeza ladeada, lo cual nos llama la atención y nos hace ponernos en alerta de manera inmediata.
El lado hacia el que coloca la cabeza nos indica el oído en el que tiene la otitis, pues aunque se puede presentar en los dos, lo normal es que la enfermedad solo se dé en uno de ellos, o al menos que no aparezca en los dos a la vez.
Mal olor en la oreja
Otro de los síntomas de la otitis es mal olor dentro de la oreja. El olor es bastante nauseabundo. Nos llega cuando está cerca de nosotros y nos coloca la oreja en las proximidades de la nariz, o en el momento de asearlo.
Este mal olor se suele acompañar de secreciones de color amarillo o verde, que son otro de los indicativos de que hay una infección.
El animal no para de sacudirse la cabeza
Si el perro tiene otitis tendrá dolor, el cual intenta aliviar sacudiendo la cabeza muy a menudo, en especial del lado del oído en el que está la infección. Ese síntoma se suele acompañar con el primero que hemos visto, llevar la cabeza ladeada.
Dolor en la oreja al tocarle e incluso puede dejar de comer
Cuando el dolor no es tan intenso, es probable que no haya síntomas visibles. Sin embargo, si lo tocamos se queja cuando le ponemos la mano cerca de la oreja e incluso puede dejar de comer por las molestias que le produce el movimiento de las mandíbulas.
Pérdida de equilibrio y sordera
Por suerte, la otitis grave en perros no es común, pero si se da (es más grave cuanto más se introduzca en el oído) los síntomas van más allá y llegan a hacer que el perro se caiga.
Como en los humanos, el órgano del equilibrio está en el oído, de manera que cuando se ve afectado el perro no es capaz de sostenerse de pie.
La sordera también es otra de las complicaciones de la otitis grave en los perros, algo que notamos si lo llamamos y no viene (antes siempre lo hacía) o en las reacciones bruscas cuando lo tocamos, hay un ruido muy fuerte, etc.
Diagnóstico
El diagnóstico es muy sencillo para un profesional, que tan solo con ver los síntomas que tiene el perro nada más pasar la puerta de la clínica, ya sabrá qué es lo que le ocurre.
Lo primero que hará, aunque ya sospeche que hay una otitis, es revisar el oído con el fin de comprobar si hay mal olor, si hay secreciones y de qué color son, puesto que esto lo orienta sobre el tipo de bacterias que la han provocado.
Puede tomar una muestra con el fin de mirarla al microscopio, asegurando así el diagnóstico y pautando el mejor tratamiento.
También empleará el otoscopio, pese a que lo cierto es que si el perro presenta dolor no será sencillo, aunque es posible usar anestesia local con el fin de facilitar la tarea.
Esto se hace para ver los daños que hay en el oído, con el fin de verificar hasta dónde ha llegado la infección, y en especial a la hora de asegurarse de que no haya cuerpos extraños que sean los culpables de haber producido la otitis.
En el caso de que haya algo dentro del oído, como un trozo de rama, si no se extrae los medicamentos servirán de poco, pues la otitis seguirá su curso.
Tratamiento
El tratamiento suele ser bastante sencillo y casi siempre consiste en unas gotas antibióticas de amplio espectro para los oídos, que combaten las bacterias que producen la otitis.
A su vez, el veterinario suele limpiar el oído y nos dirá cómo se hace con el fin de eliminar la cera, además de las secreciones. La razón es que aunque las gotas funcionan en oídos sucios, lo hacen mejor si el interior de la oreja está limpio.
Cuando hay dolor, lo que se nota porque el perro sacude mucho la cabeza o se rasca, también puede administrar algún medicamento para paliarlo. Casi siempre le pinchan la primera dosis, así actúa enseguida, y luego nos pueden recetar unas pastillas.
Los casos de otitis grave en perros son menos comunes, pero si tenemos la mala suerte de que nuestro perro la padece (una buena forma de evitarla es ir al veterinario ante el primer síntoma) el tratamiento suele consistir en una operación para arreglar los daños provocados por la infección.
Prevención
La otitis se puede prevenir en la mayoría de las ocasiones siguiendo una serie de pautas que son bastante sencillas.
Con la limpieza regular evitaremos una buena parte de las infecciones. Se puede hacer un par de veces por semana y solo necesitamos unas gasas y suero fisiológico, aunque también podemos comprar un producto específico.
Otra de las maneras de evitar infecciones es afeitar el pelo del interior de la oreja. Lo podemos hacer con una maquinilla para perros, con una para personas con un peine estrecho o con las tijeras, evitando así que la cera tenga lugares en los que acumularse.
Revisar las orejas cuando vengamos del exterior también ayuda bastante, ya que así veremos si hay objetos en el interior que van a provocar la otitis en perros con total seguridad.
Si vemos una rama, una hoja, etc., y no podemos sacarla iremos al veterinario de inmediato. Así, vamos a conseguir que la infección no llegue a producirse.
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